El 4 de junio sabremos qué va a pasar en Puebla y el resto del país. El Estado de México, bastión de los priistas, marcará el rumbo para la elección presidencial y la gubernatura.
Una nueva derrota de Delfina Gómez pondría en riesgo la consolidación de la Cuarta Transformación. La exsecretaria de educación, con todo y el aparato a su favor, es una candidata débil y sin gracia.
Su designación es un capricho del presidente. La lealtad antes de la capacidad.
Y sí, los priistas van a defender su fortaleza.
Si la maestra pierde en Edomex, López Obrador va a necesitar muchos votos y sumar a todos para la continuidad de su proyecto, que se tambalearía en ese escenario.
En Puebla, sólo hay dos nombres para suceder al gobernador Sergio Salomón: Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
¿Quién de los dos le aportaría más sufragios al candidato o candidata de AMLO?
Porque ya no se trataría sólo de ganar, sino de arrasar.
A la oposición que todavía se mueve sin rumbo, le queda poquito tiempo para rearmarse. Todo depende de cómo les vaya en junio.