Han pasado casi 20 años desde que el gobierno estatal en turno de Puebla comenzó con proyectos e inversiones para “intentar” limpiar el río Atoyac.
El Atoyac nace en la Sierra Nevada de Puebla, atraviesa Tlaxcala y regresa a Puebla para regar el valle de Puebla-Tlaxcala. En el sur del estado, el río se embalsa en la presa Manuel Ávila Camacho, también conocida como presa de Valsequillo.
En su trayecto cruza por siete municipios de Tlaxcala: Tepetitla de Lardizábal, Nativitas, Tetlahuaca, Zacatelco, Xicohtzingo, Papalotla de Xicohténcatl y Tenancingo. Además, once del estado de Puebla: Tlahuapan, San Matías Tlalcaleca, San Salvador el Verde, San Martín Texmelucan, Huejotzingo, San Miguel Xoxtla, Coronango, Cuautlancingo, San Andrés Cholula, Ocoyucan y la ciudad de Puebla.
Desde la época del exgobernador Mario Marín Torres, los gobiernos en turno y desde campaña previa, han prometido que el Atoyac se limpiaría. A este 2024 sigue contaminado.
En 2005, el marinismo planteó el Proyecto de Saneamiento de los Ríos Zahuapan, Atoyac, Alseseca y la Presa de Valsequillo, donde se destinaron 54 millones de pesos para la construcción de 35.47 kilómetros de colectores marginales, para que estos condujeran las aguas a plantas de tratamiento y no al afluente.
En 2008, se reportaron más inversiones, por el orden de 559 millones 160 mil pesos para el saneamiento de la cuenca del Atoyac, para plantas de tratamiento, drenaje pluvial y la realización de estudios y proyectos.
Nada cambió con Moreno Valle
Llegó la época del exmandatario Rafael Morena Valle y desde campaña de igual forma se comprometió a limpiar el río Atoyac. Pero eso no pasó.
En su sexenio, se reportaron inversiones de hasta mil 627 millones de pesos, para diferentes proyectos que incluían esquemas de redes de agua potable, alcantarillado, construcción de colectores pluviales, humedales y una planta tratadora de agua, así como redes de monitoreo de la calidad del agua.
Incluso, casi al finalizar el gobierno de Moreno Valle, las autoridades de Puebla y Tlaxcala, recibieron una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) para que realmente atendieran el tema.
Gali se quedó corto
En el corto gobierno que tuvo el exgobernador, José Antonio Gali Fayad, también hubo inversiones millonarias para tratar de “intentar” sanear el Atoyac, aunque en menor proporción comparada con años anteriores a su periodo.
Entre 2017 y 2018, se invirtieron 233 millones 738 mil pesos, que fueron para la intervención de tratar las aguas negras del río.
Sin embargo, la mayoría de estos recursos se destinaron a la compra de unos “barquitos” con la intensión de limpiar la presa de Valsequillo y sanear el Atoyac, los cuales tuvieron una inversión de 209.7 millones de pesos.
Fue el 27 de noviembre del 2018 cuando el gobierno de Gali puso en marcha tres embarcaciones tipo Scavenger 2000 con la promesa de que en medio año quedaría cristalina la laguna de Valsequillo. Pero eso no se logró.
El Atoyac con el Barbosismo
Con la llegada de Miguel Barbosa Huerta, en 2019 se realizó el proyecto ejecutivo para la construcción de colectores y subcolectores y la firma de un convenio de colaboración con el gobierno de Tlaxcala. Pero solo eso.
En 2021, Barbosa anunció que contaba con un plan para rescatar y sanear el río Atoyac, mismo que ya había sido presentado a la federación para su ejecución.
El proyecto incluía acciones de clausura de todas las fuentes contaminantes, pero no prosperó.
Su administración reportó en su momento que se construyeron 10 kilómetros de colectores del tramo Zahuapan a la planta de tratamiento de aguas residuales Barranca del Conde, así como 8.3 kilómetros de tubería para mitigar el impacto de las descargas.
La era Salomón Céspedes no le invirtió
En septiembre del 2024, el gobernador del estado, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, reconoció que su administración no quiso entrarle a la recuperación y saneamiento del Río Atoyac, por falta de tiempo.
Justificó la falta de acciones señalando que los recursos disponibles durante su mandato estaban destinados a otras obras públicas.
Prometen que ahora sí se limpiará
Recientemente, el gobernador electo, Alejandro Armenta Mier, aseguró que el tema del río Atoyac será prioridad en su administración.
Incluso, al iniciar este mes de noviembre, comenzó el diagnóstico para el “posible” rescate de la cuenca del río Atoyac, proyecto prioritario de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Será precisamente el mandatario electo cuando ya esté en funciones, quien ejecutará el programa saneamiento del Atoyac y que tan solo en Texmelucan requiere del rescate de la cuenca del Atzola y de la laguna San Damián.
Río sucio
El río Atoyac continúa siendo uno de los principales afluentes más contaminados del país.
En su libro publicado en 2023, “Salud ambiental en la CUENCA DEL ALTO ATOYAC”, de la investigadora de la Ibero Puebla, Gabriela Pérez Castresana, los ríos Atoyac, Zahuapan y Alseseca están severamente contaminados al igual que la mayoría de sus afluentes.
En sus aguas, se han detectado una amplia variedad de sustancias y elementos químicos que pueden causar cáncer en el ser humano, como por ejemplo, benceno, cloruro de vinilo, ciertos metales pesados, entre otros.
Revela que el número de industrias se incrementó en un 20% del 2010 al 2020. Y aunque en Tlaxcala hay menos industrias que en Puebla, la tasa de crecimiento industrial ha sido mayor en los últimos 10 años.
En la investigación, se detalla que en la Cuenca hay 1587 industrias pequeñas, medianas y grandes; junto a las microempresas suman 26 mil 586 unidades económicas.
El 76% se localizan en la región poblana, principalmente en el municipio de Puebla.
Menos del 30% de las industrias medianas y grandes establecidas en la Cuenca, reportan en el Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC) de la SEMARNAT los contaminantes que emiten al medio ambiente.
El 61% de los municipios descargan sus aguas negras directamente a los ríos y barrancas sin ser previamente tratadas, ya que no tienen plantas de tratamientos.
En la Cuenca vive el 70% de la población del estado de Tlaxcala y el 40% de la población de Puebla, integrando un total de 3,857,882 habitantes (INEGI, 2020).
En este territorio se localizan las principales zonas metropolitanas de Puebla y Tlaxcala, incluidas sus capitales y otros municipios.
Insuficientes las inversiones
Además, Pérez Castresana señala que las autoridades tienen la responsabilidad de monitorear la calidad ambiental y controlar los niveles de contaminantes en el entorno para proteger la salud de la población.
Sin embargo, en la Cuenca del Alto Atoyac, solo hay estaciones de monitoreo de la calidad del aire en 4 de más de 60 municipios, lo cual es insuficiente para evaluar la situación ambiental y determinar los riesgos a los que se encuentran los habitantes de los distintos municipios por la exposición a los contaminantes que emiten las industrias.