Hay que ser muy tonto para creer que todo es responsabilidad del gobierno.
Lo del Buque Escuela Cuauhtémoc de la Marina en Brooklyn no fue un accidente, fue una negligencia del equipo que autorizó una maniobra fallida e irresponsable. No de López Obrador, no de Sheinbaum, no de la Cuarta Transformación.
¿Por qué nadie menciona al remolcador que guiaba la embarcación mexicana?
Para la oposición, carente de un discurso de propuestas, todo es culpa de Morena.
Algunos —ya se les hizo costumbre— se aprovechan la tragedia para hacer carroña.
No se solidarizan, intentan sacar ventaja del accidente.
Así de pequeños son.
Los opositores, por así llamarlos, limitan su participación en redes sociales a la denuncia y al rechazo de todas las acciones gubernamentales, pero no destacan porque no se muestran capaces de dar soluciones o propuestas claras y coherentes que resuenen en las necesidades de la gente.
Entiendan: ya no basta con la unión de fuerzas políticas, porque son un pactos de conveniencias. Ofrezcan a los mexicanos una alternativa sólida, con un liderazgo que genere confianza.
Ya están de flojera sus críticas y tuits forzados. Se ven limitados.
Ya nadie les cree.
Armen una agenda propia y una visión de país que inspire a la gente, porque los ciudadanos no contemplan la necesidad de un cambio en el corto plazo.
Y, por favor, ya dejen de culpar a Morena de todo.
Dan penita.
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