Este jueves 6 de junio, a las 13:30 horas en la Hacienda de San José Actipan, Eduardo Rivera ofrecerá una comida a los equipos centrales de campaña.
Se espera una asistencia de al menos 200 personas.
La comilona tiene dos objetivos: justificar la derrota y el mal trabajo de la actual dirigencia panista, encabezada por Augusta Díaz y Marcos Castro, y destaparse para encabezar el Comité Estatal.
Parece que algunos panistas no han entendido nada.
El domingo pasado quedó demostrado: no saben ganar elecciones.
Después de la paliza épica que les dio Alejandro Armenta y con pocos perfiles relevantes de dónde escoger, Lalo y su grupo insisten en seguir controlando Acción Nacional.
Insisto: véanse en el espejo del PRI, que hoy ya es la quinta fuerza política en el Estado. El priismo que alguna vez controló todo, ya da tristeza.
¿Eso quieren para el partido que les ha dado todo?
El ex presidente municipal se perdió en una bola de incondicionales que le decían que todo estaba bien y que debía hacer una cosa y luego otra.
La improvisación les cobró la factura.
Hasta el mismo Ricardo Anaya ya se los dijo: les urge un profundo ejercicio de autocrítica.
No entiendo por qué ningún panista ha salido a exigir la renuncia de Augusta y compañía, cuando el partido está en la peor etapa de su historia.
Ya levanten la mano y hagan algo, Susana y Mario Riestra, Oswaldo Jiménez, Ricardo Grau, Edmundo Tlatehui y Carolina Beauregard.
Eduardo Rivera perdió, pero ya se hizo su comilona de destape.