La escultura gigante de una niña sosteniendo un girasol, flor favorita de Cecilia Monzón, fue una de las maneras en que familiares y amistades de la activista y feminista la recordaron a un año de su feminicidio.
De acuerdo con Helena Monzón, hermana de la también conocida “abogada de las mujeres”, la obra de arte en cuestión es una representación de la esencia de Cecilia, pero también un recordatorio de que el 10 por ciento de los casos de violencia de género en el mundo es padecido por las infantes.
Añadió que la escultura fue mandada hacer exclusivamente para el primer año póstumo de su hermana y dijo que todavía están en búsqueda de darle un espacio y nombre.
Previo a la explicación anterior, se proyectó un video en el que apareció Cecilia Pérez, progenitora de ambas, la cual exigió que se dicte condena contra los responsables de la muerte de su hija.
Del mismo modo, sentenció que “ninguna mujer merece desaparecer o morir así”.
Por su parte, Helena Monzón concedió una entrevista a medios de comunicación en donde resaltó que la justicia no existe cuando los procesos jurídicos son alargados por argucias en el sistema.
Acerca de si el autor intelectual del feminicidio de su hermana, Javier N., todavía tiene poder en Puebla para tratar de torcer la ley, respondió que ya nadie está dispuesta a escucharlo.
“Afortunadamente, nadie ha querido hacerle caso, de momento, y yo creo que nadie tiene porqué que hacerlo caso porque habría un descrédito absoluto. Es un caso donde hay oportunidad real de hacer justicia y de demostrar que puede haber justicia para las mujeres; sería una oportunidad perdida para este estado, para este país, no ejercer esa oportunidad”, expresó.
También señaló que el caso de su consanguínea va por buen camino debido a que la Fiscalía tiene pruebas sólidas para comprobar la culpabilidad de los tres detenidos.
Reiteró que están buscando tener una audiencia intermedia, en donde todas las pruebas sean validadas por una jueza de control y, a partir de ahí, lograr un juicio oral y luego la sentencia de las condenas respectivas.
“Cada paso que damos es un paso que nos acerca a la justicia, pero la verdad es que aún no hemos tenido la audiencia intermedia, que es lo que realmente nos situa a la puerta de la condena”, declaró.
Cuestionada sobre las leyes que recientemente se han aprobado en Puebla para proteger a las mujeres, dijo que Cecilia lo hubiera visto como un buen punto de partida, aunque insuficiente. Ello en virtud de que, subrayó, no se puede hablar de justicia, si la misma es tardía.
Finalmente, mencionó su deseo de que se escuche la voz de las mujeres en los procedimientos penales, acotando que sin justicia reparadora y sin perspectiva de género, realmente no hay posibilidad de que haya una vida libre de violencia.
En el homenaje a su hermana, activistas, lideresas de izquierda y representantes de agrupaciones recordaron a Cecilia como un ser perseverante, amoroso, aguerrido, valiente, interesado en hacer cambios sustanciales en la política local y sumamente cariñoso con su hijo.