Barbosa ha venido trabajando en una estructura indispensable e indesmontable para que nadie desde la Ciudad de México tenga pensando algún tipo de imposición o prescindir de su grupo político.
Que en Puebla se haya visto el mitin más multitudinario y con más actores políticos locales a favor del proyecto presidencial de Claudia Sheimbaum, no es ninguna casualidad ni coincidencia, pues el grupo que comanda el gobernador Miguel Barbosa es el único en el estado en el que la jefa de la Ciudad de México confía para llevar a buen puerto su destino en la sucesión del 2024.
Durante meses desde que fue destapada por el presidente Andrés Manuel López Obrador como una de sus tres corcholatas, Sheinbaum Pardo evitó visitar territorio poblano y rechazar todas las invitaciones que le hicieron personajes marginales y sin ningún peso político como Claudia Rivera Vivanco o Iván Herrera, quienes se vendían como los representantes de la aspirante presidencial sin que esta haya reconocido a este par de lúmenes como tales.
A pesar de que sus dos contendientes en la interna de Morena, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López; y el disidente Ricardo Monreal, ya habían estado en la entidad, a la jefa de la CDMX no le ganaron las ansias ni se dejó llevar por el nerviosismo y dejó en stand by la gira por Puebla hasta que la invitación llegase de Casa Aguayo.
Y es que, Claudia Sheinbaum entiende, como muchos otros, que Puebla es una de esas entidades que ningún aspirante presidencial puede darse el lujo de ignorar al ser el cuarto padrón electoral más grande del país.
La importancia de la entidad poblana en las elecciones por la Presidencial de la República es estratégica y primordial.
Con la reunión de 22 mil personas en el Centro Expositor, que corrió de forma exclusiva a cargo en su logística, movilización y organización del nuevo Comité Directivo Estatal, de los consejeros locales y de los tres alfiles del barbosismo, Olivia Salomón, Sergio Salomón Céspedes y José Antonio Martínez, el grupo político del gobernador del estado le dejó claro a Sheinbaum que solo ellos son tienen el control político del estado.
El mensaje fue claro y contundente.
Para nadie es un secreto que en el proceso electoral del 2024 será un efecto cascada, el cual definirá primero lo nacional y después lo local.
Una vez que López Obrador defina al candidato de Morena que peleará por la continuidad de la Cuarta Transformación en el poder por un sexenio más –carrera en la que Claudia Sheinbaum es la más adelantada–, vendrán las definiciones de los nueve candidatos y candidatas de Morena que pelearán por el gobierno de sus estados.
Lo nacional, sin lugar a dudas, terminará por condicionar a lo local.
El gobernador Miguel Barbosa, en toda su experiencia y capacidad política, lo sabe perfecto.
Es por esto por lo que el mandatario poblano, como lo mencioné ya en este mismo espacio la semana pasada, ha venido trabajando en una estructura indispensable e indesmontable para que nadie desde la Ciudad de México tenga pensando algún tipo de imposición o prescindir de su grupo político, el cual es capaz de movilizar a decenas de miles de personas en un solo día.
Las señales inequívocas fue el término que utilicé para definir a la serie de hechos palpables que el barbosismo tiene a su favor para que la sucesión del 2024 en Puebla sea y siga siendo controlada por el mandatario poblano.
Se equivocan todos aquellos obnubilados y malquerientes que ven a Miguel Barbosa como un gobernador quien ha perdido su proceso sucesorio.
Como nunca antes, y a pesar de todas las conspiraciones e intentos de desestabilizarlo como el show montado por Rodrigo Abdala, Melitón Lozano y América Soto en Ayoxuxtla, Barbosa Huerta tiene en sus manos las definiciones para los comicios del 2024 que renovarán todos los cargos de elección popular en la entidad y los que le corresponden a nivel federal.
No es solo que el barbosismo domine al partido morenista en la entidad y al Consejo Político, sus alianzas nacionales con los principales factores de decisión en el Movimiento Regeneración Nacional forman parte de esta estructura que el futuro abanderado presidencial lopezobradorista tienen que ver como indispensable.
Nadie en su sano juicio en Morena que sueñe con la Silla del Águila puede jugársela por alguien ajeno a Miguel Barbosa y a su grupo político.
Como dice un dicho del fútbol: no muevas la alineación que te ha dado resultados.
El barbosismo venció dos veces al morenovallismo e hizo añicos en el 2021 a todos sus conspiradores.
Su estructura político-electoral es, reitero, imprescindible.
Off the record
Dos hechos que no pudieron pasar inadvertidos en la gira de Claudia Sheinbaum en Puebla fueron los bonos que sumaron con la jefa de la CDMX Olivia Salomón, Sergio Salomón y José Antonio Martínez al organizar dicha visita y la ausencia de los impresentables Ignacio Mier, Alejandro Armenta y Claudia Rivera en el encuentro del sábado.
Las tres ‘corcholatas’ de Barbosa siguen creciendo en lo político, en lo social y en lo empresarial como las opciones más viables para abanderar a Morena en Puebla en el 2024.
En apenas una semana, Olivia, Sergio y Toño rebasaron ya a los infames Mier Velazco y Armenta Mier.
La visita de Sheinbaum Pardo lo dejó más que claro.
El éxito rotundo de la gira de la jefa de la CMDX quedó demostrada con la notoria ausencia de los dos expriista y de la exalcaldesa de Puebla.
Mier prefirió refugiarse en el informe legislativo del porro Alejandro Carvajal; Armenta optó por exilarse en Michoacán; y Rivera Vivanco, quien presume una falsa e inventada cercanía con Sheinbaum, desapareció de la faz de la tierra a otro plano astral.
Su ausencia los dibujó de cuerpo completo.
Cada quien en su sitio.