Aunque todavía tiene que enfrentar el presunto delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita, el aún director editorial del Periódico CAMBIO está más cerca de volver de lo que algunos quieren y piensan.
En la Puebla Salomónica, ya no hay espacio para el rencor y las venganzas personales.
Para la mayoría de los periodistas y comunicadores, la memoria es flaca cuando de pesos se habla. Algo tiene el poder que termina con la dignidad de muchas y muchos.
La lealtad se cuenta en billetes.
El perdón del poderoso Jorge Estefan por el delito de extorsión no es poca cosa. Era el agravio más grande y pesado que tenía José Arturo.
Éste se dio, según versiones periodísticas, después de que el autor de Tiempos de Nigromante le envió una carta al diputado priista ofreciendo disculpas.
Como decía Pedro Calderón de la Barca: vencer y perdonar, es vencer dos veces.
Charbel ha ganado.
Las condiciones en las que se encuentra Arturo Rueda Sánchez de la Vega en Tepexi son muy duras para cualquiera.
Esa prisión fue reprobada por la Comisión de Derechos Humanos de Puebla. Tiene instalaciones precarias, medicamentos caducos y poca higiene.
A esto hay que sumarle que el periodista está aislado y tiene que pasar lista cada 3 horas, por lo que el desgaste físico y emocional es impresionante.
Tener un libro para leer, una de sus grandes pasiones, es un calvario.
La soledad, combinada con unos pocos minutos de sol, es brutal.
Muchos describen la prisión como una muerte en vida.
Una muerte lenta.
Los que no deben estar muy tranquilos con su posible salida son los que, una vez en la cárcel, se envalentonaron, lo atacaron y hasta se burlaron de su desgracia.
Con el sello de la casa: por la espalda y en ausencia.
Cómo les dolió —les duele— que los exhibiera con sus 233 visitas diarias.
Sucedió lo mismo con Rafael Moreno Valle. Hoy muchas y muchos son valientes y lo critican, cuando por años lo alabaron o —peor— se callaron.
El hambre es cabrona.
Hay capturas de pantalla de todo. Y todo es todo.
La rueda de fortuna, como cada sexenio, sigue girando. Nada en política es casualidad.
Arturo se quedó casi solo durante este tiempo, pero no muerto.
No todos tomaron en serio la frase de Ignacio Mier tras su detención: La amistad es un valor preciado; a los amigos no se les juzga ni se les abandona, se les acompaña en sus trances más difíciles e injustos.
Esos enunciados hoy cobran sentido.
El hombre que empuñó la pistola, como escribió el propio Rueda ya preso el 25 de mayo en su columna Tiempos de Cárcel titulada Fui encarcelado por Barbosa y que fue bajada minutos después de su publicación, ya no está.
Si regresa con su pluma a CAMBIO, se convertirá —por mucho— en la pluma más leída del círculo rojo poblano.
No hay duda.
Y si Ignacio Mier es gobernador de Puebla, muchos columnistas —ahora sí— se van a tener que dedicar a vender tamales.
El exilio es otra de las opciones dentro de un posible acuerdo en lo más alto del poder poblano.
Una vez fuera de la cárcel, tendría que irse del Estado.
Yo también creo en las vueltas que da la vida.