La española Iberdrola se deshará de una gran parte de sus activos en México y el comprador será el gobierno mexicano.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha calificado este día como “especial e histórico” dentro de un video que ha sido publicado para anunciar el acuerdo. La compañía y el gobierno mexicano han suscrito este martes un memorándum de entendimiento para la cesión de los 13 activos.
El anuncio marca un revés importante en la narrativa construida desde inicios del sexenio entre ambas partes. Iberdrola y el gobierno mexicano acumulaban años de disputas y procesos legales que se llevaron incluso a cortes internacionales. “Hemos tenido algunas discrepancias, pero el diálogo lo puede todo, el diálogo y la buena voluntad”, dice el presidente López Obrador en el video.
Las centrales vendidas serán operadas por la estatal CFE. Aunque los recursos serán puestos por el gobierno mexicano.
La administración federal buscaba que la compañía eléctrica aumentara su participación dentro de la generación eléctrica y ha encontrado en la compra de centrales a Iberdrola uno de los caminos. Con la cesión de los activos, la CFE generará el 55.5% de la energía eléctrica del país, desde el 39.6% que genera actualmente.
Más temprano la compañía había informado que hoy firmó un acuerdo con un gestor de activos por 6,000 millones de dólares sin revelar que el gobierno mexicano sería el comprador.
Las centrales que forman parte del acuerdo suponen el 87% de la capacidad instalada que tiene la compañía en México.
El acuerdo está valuado en unos 6,000 millones de dólares, según ha dicho Iberdrola en un comunicado. El valor aún podría modificarse dependiendo de la fecha de cierre de la adquisición.
La mayoría de las centrales compradas por el gobierno mexicano son plantas de ciclo combinado, que funcionan a base de gas. Algunas de éstas también funcionaban bajo el modelo de autoabastecimiento, el cual ha sido denostado por la administración obradorista, por supuestamente provocar grandes pérdidas a la eléctrica estatal.
El presidente ha calificado esa transacción como “una nueva nacionalización de la industria eléctrica”.
Leer más en Expansión