Ya le pidieron su renuncia, pero la Subsecretaria de Educación Superior de Puebla, Gabriela Hernández García, se niega a firmarla.
Desde su llegada en noviembre del año pasado, son demasiadas las quejas de académicos, supervisores y directores de Instituciones poblanas contra la funcionaria.
Desde enero dimos cuenta de las groserías y afrentas de Hernández García.
¿En qué estaba pensando el ex encargado de despacho, José Luis Sorcia Ramírez, cuando la nombró?
Su llegada a la SEP fue por una recomendación política de su hermana, la diputada local morenista Xel Arianna. Nunca ha sido docente de Escuelas Normales, pero tiene una plaza de Profesor de Tiempo Completo.
¿Esto no es tráfico de influencias?
No ha podido —ni podrá— con la plataforma de titulación y emite comunicados para intentar engañar al gobernador. Miles de estudiantes siguen sin recibir su título universitario.
Señora, las verdades manipuladas son mentiras.
Ahora que se ha negado a dejar su posición, a la que arribó sin ningún mérito académico, podrían aplicar su propio método: secuestro y amenazas.
En enero pasado, obligó a renunciar a la directora de la Unidad 212 de la Universidad Pedagógica Nacional, Tamara Galindo García, con amenazas y privándola de su libertad por horas.
Aquí puede leer la historia completa: https://bit.ly/3TIRG8o
Ahora que el gobernador Salomón Céspedes ha implementado un nuevo estilo de gobernar, lejos de los excesos y arrebatos del Barbosismo, valdría la pena tomar en cuenta las denuncias de académicos, personal administrativo y directivo de la Secretaría de Educación Pública.