No a todos les gusta la idea de que Sergio Salomón sea el gobernador de Puebla.
Hoy tienen que escribir que son los nuevos tiempos cuando todavía le lloran en lo oscurito y a solas a Miguel Barbosa, pero más a los privilegios que tenían cuando gobernaba.
Por un tema de supervivencia, ahora teclean sobre la “era Salomónica” y sus cambios. No les queda de otra.
La dignidad se queda en el cajón a la hora de elaborar los artículos. El hambre es cabrona.
En la orfandad, los gatilleros a sueldo ya hasta publican sobre las giras de Ignacio Mier. Ya no es tan malo como escribían semanas atrás. Se saben solos.
No va a ser Julio, aunque les ordenen escribir que sí lo será. Entiéndanlo: se acabó el Barbosismo.
Nunca fue una clase política diferente como quisieron vender en sus textos.
Naturaleza humana.
No sorprende que la confianza de los mexicanos en las noticias que proporcionan los medios de comunicación tradicionales se ha derrumbado en los últimos tres años.
Y pensar que hace 15 años, según Parametría, el 58% de los mexicanos confiaba en lo que leía en los periódicos. Hoy, sólo el 19% afirmó tener mucha o algo de confianza.
Cómo confiar en los medios y articulistas que un día publican que un político es un corrupto y al otro, que es un aspirante fuerte a la gubernatura.
Así lo han hecho sexenio tras sexenio. Trienio tras trienio.
Así lo seguirán haciendo mientras les den para comer. Un poco de dignidad, carajo.