Yernos, hijos, esposas y hermanos son favorecidos.
La vieja práctica del nepotismo —trato a favor de familiares a los que se otorgan cargos o empleos públicos— es una acción que ni la 4T ha logrado erradicar.
Aquí la lista de algunos jueces:
La Lic. María Alicia Frida Hernández Rojas, jueza del juzgado octavo especializado en materia mercantil, tiene a su hija, Alicia Hernánez Márquez, como secretaria proyectista del juzgado familiar de Atlixco.
El Lic. Leonardo Ruperto Treviño Musalem, juez décimo especializado en materia mercantil, tiene a su esposa, Griselda Bravo Vergara, como secretaria de acuerdos del juzgado mixto de Acatlán; y a su hija, Ana Treviño, como secretaria de estudio y cuenta de la cuarta sala civil.
La Lic. Sandra Lucía Perea, jueza del juzgado mixto de Tecamachalco, tiene a sus tres hermanas: Luz, como jueza décimo cuarto auxiliar de lo familiar; a Brenda Ivonne, como jueza primero civil de Huejotzingo; a Diana como secretaria de acuerdos del juzgado séptimo especializado en materia mercantil.
Una de las principales quejas del compadrazgo es que la mayoría de las y los beneficiados llegan a los puestos no por tener una trayectoria previa, sino por designación.
En Puebla, no existe una política que ayude a evaluar si los jueces y funcionarios que llegan a los cargos son competentes.
En este país urge fortalecer un modelo de contratación por meritocracia, para asegurar que el ingreso, permanencia y ascenso de los servidores públicos que coadyuvan en la administracion de justicia no dependa de sus relaciones personales, sino de capacidad y vocación.
Mañana le seguimos con la lista.