Si aplicamos un sondeo con nuestros padres o abuelos -según corresponda- es probable que la mayoría admita que sólo tuvo un novio en toda la vida, mismo que terminó siendo su esposo. Tal vez las excepciones o los más aventureros hayan tenido dos, o cuando mucho tres, indicador aún lejanísimo a lo que ocurre en la actualidad.
Las aplicaciones de citas, hoy líderes en el mercado de la selección de pareja, te pueden permitir acceder a cientos o miles de perfiles por día, de cualquier ciudad del mundo. Así, tienes un ilimitado número de opciones para elegir.
En una primera instancia, disponer de un mercado aparentemente ilimitado de opciones podría parecer favorable y atractivo, pero es justo una de las razones por las que el mercado de citas en la actualidad está provocando frustración, depresiones y severos problemas emocionales.
Comparemos el caso, por ejemplo, de la oferta de películas y series en la actualidad. Hay personas que están suscritas a Netflix, Amazon, HBO, Disney, Star, Apple, Claro, Youtube y un largo etcétera, y aun así, después de pasar muchos minutos tratando de elegir algo, terminan diciendo “no hay nada qué ver”.
En psicología existe un estudio muy conocido que se bautizó como el “Experimento Mermelada”, liderado por los investigadores Sheena Iyengar y Mark Lepper, quienes corroboraron la teoría de que a más opciones más confusión. En dicho trabajo de campo, a un grupo le ofrecieron seis diferentes tipos de mermelada para comprar en el mercado, mientras que a otro le mostraron 24; en el primero, el 12 por ciento de los compradores adquirió un frasco, mientras que en el segundo, sólo el 2 por ciento lo hizo.
Para dimensionar su crecimiento exponencial, hoy en día las aplicaciones de citas son el recurso más utilizado para conocer personas. En 1995, tan sólo el 2 por ciento de la población se conocía con algún recurso online, mientras que hoy asciende al 23.43 por ciento.
Si estas aplicaciones fueran efectivas para los fines que supuestamente buscan no habría inconveniente alguno que señalar. El problema es que existen ya números estudios que están advirtiendo que están provocando justo lo opuesto: separación, soledad, adicción al sexo, así como cosificación del ser humano. Quien tenga curiosidad, le recomiendo consultar el documental Swiped, de HBO, que aborda este tema a profundidad.
La socióloga Eva Illouz en The End of Love expone mediante distintos estudios expone que actualmente 42.6 millones de estadounidenses sufren soledad crónica, con todos los padecimientos y problemas emocionales que ello implica.
En esta última obra también se profundiza en cómo la exaltación de los atributos físicos está provocando que el ser humano se convierta en un objeto comercial que sólo elige y privilegia la compañía de otros acorde a su valor de atractivo físico y sexual.
Este asunto es una muestra más, como muchas otras, de cómo la tecnología está modificando radicalmente patrones antiguos del ser humano.
Tal vez los jóvenes de hoy, tras años de citas frustradas, decepciones amorosas, indefiniciones y perder valor en el mercado de la obsolescencia programada, decidan cambiar de patrones para relacionarse en el mundo de las parejas. Pero tal vez esto jamás ocurra, o pase sea demasiado tarde y el daño sea irreversible.