A partir de este año, los trabajadores formales tienen derecho a disfrutar de 12 días de descanso, tras el primer año de servicios prestados. Así quedó establecido en los artículos 76 y 78 de la Ley Federal del Trabajo (LFT). Después, cada año se aumentarán dos días hasta llegar a 20 y luego se sumarán dos días cada cinco años. Además, el artículo 81 de la misma ley señala que las vacaciones deberán concederse a los trabajadores dentro de los seis meses siguientes al cumplimiento del año de servicios y el patrón deberá cubrir el salario que perciben los colaboradores durante los días de descanso.
Con ello, México pasa a tener el promedio de días de descanso que tienen algunos países de América Latina, aunque aún lejano en comparación con los países europeos. Mientras países como Brasil, Cuba o Nicaragua tienen 30 días de descanso, Ecuador, Venezuela y Bolivia gozan de 15 días para descansar, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Incluso, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) recomienda un mínimo de 18 días de vacaciones. Pese a ello, la modificación a la LFT es un avance importante para la fuerza laboral mexicana, ya que los seis días de vacaciones -establecidos hasta el 31 de diciembre de 2022- corresponden a un periodo legal que se mantuvo así desde hace más de 50 años. Y aunque la ampliación ha sido bien recibida por los empleados formales del país, también ha generado diversas dudas sobre el tema. Desde si la persona debe esperar un año entero para poder gozar de este beneficio, si los días de vacaciones se pueden acumular, si aplica para empleados de gobierno y los que estén en modalidad home office, si un trabajador a quien le renuevan el contrato cada tres o seis meses puede pedir los 12 días de descanso hasta qué hacer si el jefe anunció que dará las vacaciones por bloques o simplemente que “ahí es diferente porque trabajan por horas”.
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