No se gastó los casi mil millones en publicidad que, dicen algunos, invirtió Ignacio Mier en medios y espectaculares, pero Alejandro Armenta siempre fue el puntero en las encuesta que lo llevaron a ser elegido candidato de Morena en Puebla hace dos años.
Nunca dudó porque más de tres décadas de caminar el Estado le dieron una confianza a prueba de balas y terminó como el perfil mejor evaluado en los seis rubros de las tres mediciones de su partido: opinión positiva, honestidad, cercanía, conocimiento del estado, honestidad, buen prospecto y disposición a votar por ese perfil.
El “Ya es Nacho” se convirtió —hasta la fecha— en motivo de burlas en las sobremesas.
Y es que hasta Nacho creyó que ya era Nacho, por lo que no sorprendió su berrinche en la reunión donde la Comisión Nacional de Elecciones dio a conocer los resultados.
Ese 10 de noviembre de 2023, Doble A sabía que su destino era la gubernatura. No podía ser diferente cuando a los 23 años te convertiste en alcalde. A esa corta edad, el hoy gobernador ya hacía política y de la buena en Acatzingo.
Lo demás es historia.
Aplastó —literalmente hablando— a la oposición y su candidato, Eduardo Rivera Pérez, que hasta hoy no superan la derrota.
Hace dos años se comenzaba a escribir la historia del Armentismo.
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