“Son ratas, no pendejos”, dicen por ahí. El poder, el bendito y -a veces- maldito poder le ha cambiado la vida a unos cuantos en México: periodistas, empresarios, choferes, cocineras, secretarias, campesinos y hasta amantes.
De no tener absolutamente nada, políticos y su círculo cercano se convirtieron en auténticos magnates. Basta con revisar dónde vivían o dónde comían antes de recibir la bendición de arriba, para darse cuenta. Y es que casi todos los nuevos ricos caen en la tentación de presumir su nueva y fabulosa vida en redes sociales.
Es naturaleza humana cuando nunca se ha tenido dinero.
Llegan los recursos no legítimos y con éstos, los excesos. Y los despilfarros marinistas, morenovallistas y galistas son unos de los más escandalosos en la historia reciente de Puebla: casas en los fraccionamientos más caros del país, autos de súper lujo, viajes a los mejores destinos del mundo, nuevas parejas sentimentales, ropa de diseñador, aviones privados, artistas famosos para amenizar comidas, joyas y nuevas amistades.
Cuántos ven con nostalgia la época dorada del marinismo, donde el whisky y los billetes no dejaban de rondar por las mesas en las que los principales funcionarios de ese sexenio departían lo mismo con periodistas, que con jovencitas que acababan de cumplir la mayoría de edad.
Pero el cash también llegaba a manos de los herederos del grupo.
¿Quién no recuerda la final de la Champions de mayo del 2011? Eran los últimos meses del Marinismo en la cúspide del poder en el estado.
El mejor Barcelona de toda la historia, liderado por Messi, se enfrentaba al Manchester United del Chicharito Hernández. La postal era única e irrepetible: Wembley, el mejor futbolista del mundo y el mexicano del momento como titular.
Millones de personas en todo el planeta sintonizaron el juego, pero sólo 87mil 695 vieron coronarse a los azulgranas: artistas, empresarios, futbolistas y el hijo mayor del ex gobernador de Puebla: Mario Marín García.
Si hacemos un ejercicio rápido desde cualquier teléfono para cotizar un vuelo sencillo de Aeroméxico, directo a Londres, en primera clase -como acostumbraban viajar los Marín-, tendríamos que pagar $107,552.00 tan sólo para llegar al lugar.
Pero ir a un partido de la Champions o a un Superbowl es cosa de mortales, cuando comparamos los paquetes que armaban Mario Junior y sus hermanos. Para ese 30 de mayo, el mayor de los Marín García decidió que quería una convivencia con el diez del Barcelona, además de hospedarse en el mismo hotel donde se quedaba el polémico y millonario Charly Sheen, quien llegó a cobrar hasta 1.8 millones de dólares por un capítulo de Two and a Half Men.
¿Cuánto dinero debes tener para disfrutar de esta final al lado de súper estrellas de este nivel?
No olvidemos que su padre, Mario Plutarco Marín Torres, tenía un sueldo de 153 mil 653 pesos. Nada mal para un poblano de a pie, pero no suficiente para disfrutar de este tipo de excentricidades.
La pregunta obligada: ¿cuánto dinero tenían o tienen los Marín García?
No cualquiera puede invertir millones de pesos en residencias y propiedades por toda Europa, y vivir en un chalet en Austria, refugio de magnates, príncipes, reyes y estrellas de Hollywood.
De Nativitas a Wels; de Wels a esconderse. Y es que la política, como la vida, es una rueda de la fortuna.
Y en esa rueda, a la que todos en algún momento se suben, también llegaron los cercanos a Rafael Moreno Valle y Tony Gali, donde se repitió la historia: vinos, viajes, aviones, trajes y zapatos italianos, autos deportivos, propiedades y todo, del dinero del erario.
Como los anteriores, también se sintieron dios en el poder.
Obligadamente, tendrán que verse en el espejo de Zavala, Israel Pacheco, Francisco Castillo, Vale Meneses, García Ramírez y el mismo Marín.
Son otros tiempos en Puebla. Se han roto códigos y reglas políticas no escritas. Y eso, hay que celebrarlo.
En la siguiente entrega, nuevo material -con fotos, faltaba más- de la fabulosa vida de los Morenovallistas y Galistas.
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Se escribe CAPITAL, pero se pronuncia Cápital.
Como canta Luis Eduardo Aute en Me va la vida en ello: ante otro más de lo mismo, creí en lo distinto.
Harto de leer en todos medios lo mismo, de los cientos -sí, los he contado- de errores de los principales columnistas de la ciudad, de los tuits pagados mal escritos, decidí crear un medio que ofrezca lo que casi no encuentro: información útil, actual y sin compromisos.
Después de casi una década dedicado a la comunicación, con una agencia de Marketing Digital que goza de cabal salud, emprendo en los medios digitales con la confianza y apoyo de los que realmente me importan: mi familia y mis amigos.
A partir de que lo platiqué con los más cercanos, sólo he tenido palabras de apoyo y ánimo. En este tipo de aventuras, no se necesita más.
Que quede claro desde el inicio: no soy periodista ni quiero serlo. Soy un comunicólogo que todos los días se despierta pensando en dejar no un mejor México para mis hijos, sino unos mejores mexicanos para el país.
Seguramente, en estos días, se toparán con algún espectacular, kiosko o anuncio de este humilde periódico digital, hecho por manos poblanas.
Qué duro y necesario es emprender en la actualidad.
Hoy sólo pienso en algo: atreverse y no mirar atrás.
No somos santos, como he decidido titular este espacio, se publicará todos los lunes y miércoles sin otra intención que teclear lo que platico normalmente con amigos en la sobremesa. De debatir siempre con respeto, de escuchar realmente a las y los poblanos, de señalar a las y los políticos que se aprovechan de sus posiciones.
Dos reporteros, un editor, dos diseñadores digitales, un equipo multimedia de Itt Comunicación, cinco columnistas, la agencia Enfoque y un webmaster componen el equipo que le da forma a CAPITAL.
Dejé mi sueño de ser el Power Ranger rojo, pero no el de escribir y tener un medio digital.
Desde aquí, pido un minuto de silencio por las oportunidades que se nos van por no arriesgarnos.
Aquí vamos, siempre confiado en la voluntad de Dios.
Va por ustedes, Matt, Gus y Cyn.
Para mentadas, datos, ofensas, denuncias: 221 590 5837.
El mayor de los éxitos, para todo el equipo Capital, noticias reales
Enhorabuena Josué! Se que te irá muy bien en este nuevo proyecto, como en los anteriores. Innovar es lo mejor, tienes talento y experiencia, así como el respaldo de quienes sabemos de tu calidad humana y amor por Puebla.