Mientras Lupita Cuautle y su equipo se entretienen en eventos y piensan cómo exprimir más a la ciudadanía —como con las fotomultas en los accesos a Lomas de Angelópolis—, un hombre ha sembrado el terror en la zona de The Home Depot sin que nadie lo detenga.

Este sujeto ha agredido a mujeres, adultos mayores y trabajadores, actuando con total impunidad. Se mete a negocios, roba, destruye objetos y exige dinero a cambio de no causar más daño.
Sus víctimas no son pocas: Laboratorios Exacta, Muros Verdes, Fast Fruit Factory, Hackl, La Trastienda, Asados San Miguel, The Home Depot y CINIA. Esta última, una empresa que da empleo digno a personas con discapacidades.
Uno de sus actos más graves fue prender fuego a un terreno colindante con el Colegio Andes, poniendo en riesgo a estudiantes, personal y comerciantes de la zona.

Vecinos y trabajadores han solicitado apoyo a las autoridades municipales en múltiples ocasiones, pero las patrullas llegan, lo ven y se van. Incluso —según testimonios—, elementos de seguridad han sugerido golpearlo y tirarlo en una carretera, en lugar de hacer su trabajo.
¿Cuántas denuncias más se necesitan para que el gobierno actúe? ¿Qué esperan para detener esta amenaza cotidiana?
San Andrés Cholula merece seguridad, no indiferencia.
Este no es un caso aislado. Es el reflejo de una administración que voltea la cara, minimiza los problemas reales y deja a su suerte a quienes todos los días se esfuerzan por sacar adelante su negocio, su trabajo y su comunidad.
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