A partir de la llegada de Claudia Sheinbaum Pardo como primera presidenta de México, e incluso desde antes de que tomara posesión del cargo, se especuló en el medio político y entre los partidos de oposición, si realmente el expresidente López Obrador, la dejaría gobernar el país y su promesa de irse a descansar a su rancho en Macuspana, Tabasco, lo cumpliría al cien por ciento, o si sólo era un compromiso fallido y no dejaría de intervenir en las decisiones de Sheinbaum por la tentación de seguir ejerciendo el poder, que mantuvo durante seis años, en los que no pudo sacar adelante todas las reformas y políticas públicas para lograr la cuarta transformación de la vida pública del país como se comprometió al asumir la presidencia en 2018.
El periodo 2018-2024, en el que Morena y la alianza que le permitió ganar las elecciones a AMLO, con el primer gobierno de izquierda en México, despertó muchas expectativas entre los ciudadanos que le dimos nuestro voto, con la esperanza de que en el país, se lograría terminar con los vicios del período neoliberal, como la corrupción, impunidad, pobreza, desigualdad, discriminación, inseguridad, nepotismo y saqueo del erario público, injusticia, entre otros muchos problemas que los gobiernos del PRI y el PAN, no supieron o no quisieron enfrentar y mucho menos resolver en favor de las clases más desfavorecidas.
En el balance que se puede hacer del gobierno de AMLO, podemos señalar aciertos y cambios en las políticas públicas y programas que buscaron apoyar a los más pobres del país, con los programas sociales por citar un ejemplo; aunque para un gran sector de ciudadanos sin partido y del bloque opositor, se siguieron repitiendo las prácticas del viejo régimen y se dio un crecimiento exponencial, en los índices delictivos, de inseguridad, pobreza, desigualdad, corrupción y sobre todo el control de poblaciones enteras y territorios del país, que pasaron a ser controlados por los carteles del narcotráfico.
Sin embargo, las elecciones del pasado dos de junio de 2024, en las que Morena y sus aliados arrasaron en las urnas, logrando no sólo ganar la Presidencia de la República, sino con una ilegal sobrerrepresentación avalada por el INE y por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación obtener la mayoría calificada en la Cámara de Diputados y la de Senadores con la cooptación de dos senadores propuestos por el PRD y uno del PAN que se pasaron a las filas de Morena, sin importar su pasado y antecedentes fueron incorporados a las filas del oficialismo y le fueron perdonados todos sus delitos de los que había sido investigado.
Con todos esos elementos a favor del oficialismo y de la presidenta Claudia Sheinbaum, se consideró que las condiciones le favorecían para poder ejercer su mandato a su gusto, por el hecho de que cualquiera de sus propuestas de reformas constitucionales y legislativas, contaban con la aprobación de ambas cámaras, con los diputados y senadores de Morena, PT y PVEM, sin importar el voto de los partidos de oposición, la presidenta puede lograr lo que ni el mismo AMLO consiguió en los seis años de su gobierno.
Pero, desde el proceso electoral Sheinbaum tuvo que someterse a las decisiones de AMLO, como en el caso de la candidatura de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, en la que impulsó a Omar García Harfuch y el presidente y el partido oficial, en las encuestas que ellos mismos elaboran y manipulan, impusieron como candidata a Clara Brugada.
Posteriormente y ya en el inicio de su gobierno, las cosas no han sido del todo positivas para la presidenta, ya que en decisiones tan importantes como la elección de la presidenta de la CNDH, en la que impulsó a quien fuera presidenta de la Comisión de Derechos Humanos cuando fue jefa de gobierno de la ciudad de México Dra. Nashieli Ramírez Hernández, se impuso en el Senado la votación a favor de la presidenta en funciones desde el obradorato Rosario Piedra Ibarra, contradiciendo los senadores del oficialismo la propuesta de la presidenta, dando lugar a que se especulara que el expresidente seguía imponiendo sus decisiones y haciendo a un lado la propuesta presidencial.
El último caso para destacar fue la modificación hecha por los senadores del oficialismo encabezados por Adán Augusto López a su propuesta de reforma constitucional contra el nepotismo, que impulsó para aplicarse en las elecciones de 2027 y que fue aprobada, pero para el proceso electoral de 2030, reforma que después fue ratificada en la Cámara de Diputados cuyo bloque mayoritario encabeza Ricardo Monreal.
Para muchos analistas, la pregunta que surge es ¿si estos mismos personajes, se hubieran atrevido a contradecir o corregir la plana al expresidente durante su mandato a sus propuestas de reformas legislativas? Ya que es de todos sabido, que las mismas se aprobaban sin cambiarles ni una coma y que nadie era capaz de cuestionar su contenido, aún a sabiendas de que podía ir en contra del texto constitucional.
Ante dicho panorama, surgen diversas opiniones, en el sentido de que tanto Adán Augusto López, como Ricardo Monreal, líderes del oficialismo en el Senado y la Cámara de Diputados federal, así como la presidenta de Morena, Luisa María Alcaide, con el apoyo del hijo de AMLO, Andrés López Beltrán, a quien el oficialismo prepara desde ahora, para ser el candidato presidencial en 2030, son quienes pretenden imponer la agenda y límites al poder presidencial, sin que pueda afirmarse que sea por órdenes de López Obrador, a quien no se le ha visto desde que dejó el cargo, o bien si dejó en su hijo la responsabilidad de seguir con su legado y con ello evitar que la presidenta ejerza realmente el poder que le fue otorgado por el pueblo el pasado 2 de junio.
Por lo pronto, la presidenta se mueve entre dos frentes: por un lado, la presión y amenazas del presidente Donald Trump contra México y el tener que cumplir con sus exigencias para evitar los aranceles y por el otro, la presión de sus correligionarios, dispuestos a acotar su poder y evitar que se impongan sus decisiones, cuidando sus intereses y espacios de poder, para los próximos procesos electorales en 2027 y 2030.