Qué difícil tiene que ser apoyar y ser aficionado de un equipo como el Club Puebla. Años tardaste en encontrar un proyecto sólido que apuntara al éxito para que en un abrir y cerrar de ojos, no sólo dejaras ir a la mente maestra que con muy poco obtenía grandes resultados, sino que también vendes a los mejores jugadores de tu plantel para traer refuerzos de ‘medio pelo’.
Supongo que la famosa “identidad poblana” se basa exclusivamente en no pagar la multa de los últimos lugares de la porcentual porque después de ver los movimientos que han hecho de cara a la nueva temporada, parece que trascender como lo venían haciendo, no está en planes.
Me gusta pensar que la afición poblana ya entendió porqué Larcamón no quiso continuar en un equipo que no busca ni aspira a ganar. En León encontrará una institución y directiva que cada torneo busca mejorar y salir campeón de la Liga MX.
Queda claro que la ambición deportiva de Nicolás era —por mucho— superior a lo que pretendía ‘La Franja’ de cara al futuro. Tomó la decisión más inteligente para su carrera. Ahora veamos si puede con el paquete de un equipo que sí le exigirá resultados positivos jornada tras jornada.
Cómo pedirle a la afición que crea en un proyecto encaminado al fracaso. Ojalá esté equivocado y nos llevemos una gran sorpresa de la mano del ‘profe’ Arce, pero viendo la materia prima que tendrá a su disposición, luce casi imposible hasta el repechaje.
Y seguidores de la ‘Franja’, sean pacientes con el joven y atrevido técnico que tomó a un equipo sin pies ni cabeza. Tampoco le pidan sacar ‘agua de las piedras’.
Esperemos que los refuerzos provenientes de la liga de Expansión se adapten rápido a la idea de juego y sobre todo, estén a la altura del nivel qué hay en primera división. No nos engañemos: el talento de la Liga MX está varios escalones por arriba.
Por otro lado, será momento de que los experimentados como Omar Fernández o el recién llegado Facundo Waller, den un paso al frente y sean los líderes dentro del campo. Más allá de Anthony, será importante tener a alguien que ‘cargue’ al equipo en los momentos difíciles o decisivos de un partido. En ellos dos tendrá que caer esa responsabilidad.
Al final, el Puebla deberá entender su realidad: a nivel individual, es el peor equipo de los últimos dos años. Partiendo de eso, el trabajo colectivo deberá ser su principal fortaleza. ¡Caray! Parece que regresa aquella Franja de los estadios vacíos, los partidos aburridos y sin aspiración alguna de ganar. Duele por la historia del club.
En fin, se avecina el inicio de una temporada gris, que luce de reestructuración (si así se le puede llamar) y para el olvido. Mucha suerte para Eduardo Arce y todo su cuerpo técnico, la van a necesitar.