Qué forma de operar de Alejandro Armenta y su equipo cercano. Todos, los olvidados, los nuevos, los leales, los de siempre y los compañeros de partido, entraron en la locomotora de Doble A.
En esta aventura de gobernar el Estado, no hay tiempo de voltear a ver las grillas o los tuits malintencionados. Tampoco el pasado reciente.
Para Alejandro hay una misión clara que los últimos gobernadores intentaron, pero no lograron cumplir: ser el mejor gobernador en la historia de Puebla.
Y para esto, necesita de todos.
Como un ejército al que le ha tocado el momento de combatir, cada miembro del equipo está entregado al proyecto. Desde donde toque y hasta donde tope.
Ya saben que no habrá segundas oportunidades en las encomiendas.
Las piezas, desde el Congreso hasta las secretarías, pasando por las direcciones y subsecretarías, ya están aceitadas. Ni un solo espacio se ha designado sin el conocimiento y palomeo de AA.
El góber conoce los nombres de cada uno de los integrantes del equipo. Sus fortalezas, talentos y debilidades. Más allá de recomendaciones —porque las hay—, él eligió y colocó.
Los motores de la locomotora AA ya están encendidos y los boletos VIP se acabaron desde hace rato.
Ser el mandatario más votado en la historia de la entidad fue sólo el inicio.
El objetivo ya cambió: trascender.