Después del rechazo en la Cámara de Diputados del dictamen de reformas de diversos artículos de la Constitución General de la República en materia electoral presentada por el Presidente López Obrador, el cual a pesar de haber sido aprobado en comisiones, no obtuvo la mayoría calificada para su aprobación por el pleno de la Cámara, al no contar con los votos del bloque de los Partidos opositores conformado por el PRI, PAN, PRD Y MC, tal como lo había anunciado el Presidente, de inmediato se presentó el plan B, mediante el cual propuso la reforma a seis leyes y 400 artículos en materia electoral cuyo objetivo fundamental, es quitar facultades al INE y obliga a una reestructura administrativa que prevé despidos, la modificación del servicio Profesional electoral, la liquidación de sus fideicomisos y la prohibición para crear otros, entre otras disposiciones y con el pretexto de la austeridad republicana, afectar su estructura y recursos para evitar que garantice un procesos electorales profesionales que brinden certeza y calidad en las siguientes elecciones.
El pasado seis de diciembre fueron aprobadas vía fast track las reformas contenidas en el plan B de López Obrador con la mayoría de los diputados de MORENA, el proyecto ha sido turnado al Senado de la República como cámara revisora, a fin de que en los próximos días sea en su caso discutida y aprobada por el pleno de los senadores.
Cabe destacar que la fracción de MC en la Cámara de Diputados se inconformó por la forma y violaciones al procedimiento de la Cámara, debido a que no fue publicado ni entregado el dictamen final con tiempo para su conocimiento y de que no se llevó a cabo una discusión y debate de su contenido, sino que se aprobó sin mayor trámite, por lo que interpusieron un Amparo ante un juez de Distrito por la forma en que se llevó a cabo el proceso y con el que pretenden anular su aprobación.
Una de las primeras declaraciones que hizo el senador Ricardo Monreal, Presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de Morena en el Senado, fue en el sentido de que la Cámara Alta actuaría con prudencia y se daría tiempo para el análisis, discusión y aprobación del paquete de reformas aprobadas por la Cámara de Diputados y de que no habría un albazo legislativo, como ocurrió en dicha Cámara para satisfacer la orden presidencial.
Pese a lo anterior, los Diputados del Bloque opositor integrado por el PRI, PAN Y PRD y del bloque independiente, le han urgido, para que se defina y actúe como un demócrata o si se plegará a la línea de Palacio Nacional para que sean aprobadas las reformas contenidas en el Plan B de López Obrador en la misma forma en que se hizo en la Cámara de Diputados.
La presión sobre Monreal, no es mínima y como él mismo lo anunció en semanas anteriores, sería en este mes de diciembre cuando decidiría continuar o romper con Morena y el Presidente López Obrador, al no ser considerado como una de los probables precandidatos a sucederlo y sobre todo en momentos en que la situación del gobierno de su hermano David Monreal en Zacatecas se encuentra en su máximo nivel de violencia y ejecuciones por la lucha de los cárteles del narcotráfico que se disputan el estado, sembrando el terror entre la población, que todos los días se encuentra aterrorizada por los hechos de violencia, que no terminan a pesar de la presencia de la guardia nacional y del ejército, por lo que varios analistas de medios, han señalado que dicha situación es reflejo del abandono y falta de apoyo que el gobierno federal ha dejado de prestarle al gobernador, para hacer frente a la crisis de inseguridad que azota a los habitantes del Estado.
Así pues, las condiciones están dadas para que el senador Ricardo Monreal tome una decisión y los mexicanos sepamos si continuará apoyando al Presidente y a su Partido Morena o bien si ha llegado la hora de romper y asumir una postura crítica e independiente para buscar la candidatura a la Presidencia de la República en 2024 con otros colores y partidos, ya que es claro que no es, ni será el candidato de López Obrador.
Pero también cabe la posibilidad de que llegue a una negociación con el Presidente, apoyando la aprobación del Plan B en materia electoral con los senadores de Morena y logre ser el candidato al gobierno de la Ciudad de México, como se ha especulado en diferentes medios de información.
La próxima semana será crucial para el futuro del Plan B de López Obrador, el cual de ser aprobado por el Senado, aún tendrá que pasar el filtro de las acciones de inconstitucionalidad que promuevan los partidos del bloque opositor ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación como ya lo anunciaron y también ante instancias internacionales para evitar que entren en vigor las reformas que contiene el plan, ya que la intención del Presidente es que se apliquen de inmediato, a excepción de las elecciones del Estado de México y Coahuila en 2023, pero ya para 2024 si sean aplicadas en su totalidad.
El rechazo a la iniciativa de reformas en materia electoral a la Constitución general de la República presentada por el Presidente, se suma al rechazo a la reforma energética, con lo cual históricamente es la primera vez que a un Presidente en funciones le son rechazadas dos reformas de este nivel por el poder legislativo, que normalmente en nuestro país, se somete a las decisiones del poder ejecutivo, como ocurría en el período neoliberal.