Maria Guadalupe Graciela Juárez García trabajó en la delegación de Prospera, en donde aprendió a usar recursos públicos y el desvío de los mismos para conveniencia. Con su operación se ejecutaron varios contratos de “La Estafa Maestra” lo que le valió ser suplente a una senaduría en 2018 de mano del PRI y Antorcha Campesina.
Luego del tremendo fracaso llegó por acuerdo a trabajar en el Ayuntamiento de Puebla en donde de la mano con otro priistas se vendieron como operadores políticos. El caso de Tania N. por ejemplo, es otro de ellos.
La funcionaria pública vendió la idea de operar políticamente el Club Britania en favor de Eduardo Rivera, sin embargo, Graciela Juárez no lo logró pues cometió un error al relacionarse con personas que defraudaron al club con más de ocho millones de pesos y con personajes con denuncias por abuso y acoso sexual como el dulcero Manuel Riquelme a quien pronto podrían reactivarle las investigaciones en su contra.
La ex presidenta del Britania perdió el control del club y su principal fuente de financiamiento personal lo que la ha llevado a hacer uso de datos personales de socios y a enviar información apócrifa a nombre del club lo que le resultará en más denuncias y demandas.
Cerca de 30 personas que entran como becados a su nombre, contrato de proveedores a modo y auto pagos por hasta 100 mil pesos mensuales son algunas de las irregularidades de las que señala a la licenciada Graciela. Toda una fichita.