Celulares, tabletas y televisiones, concentra la mayor parte de basura electrónica que no se trata adecuadamente y tiene un riesgo latente de ser arrojada a las barrancas y ríos de Puebla.
La presidenta de salva al Mar, María Esther Rita Ayón alertó la falta de sensibilidad social y la ausencia de políticas públicas de los gobiernos municipales como el Estado para tratar los desechos con alta contaminación de combustible y plástico.
Informó que podría existir gente que compre, por ejemplo, las televisiones para quitar elementos metálicos cómo oro y bronce, para después tirar los restos en el espacio abierto como terrenos, barrancas o hasta ríos.
“¿Qué pasa con los camiones pidiendo que se donen los desechos electrónicos? Bueno, algunos de ellos incluso compran los electrónicos, pero muchos de ellos, no generalizo, pero sí hay que decirlo, muchos de ellos sacan únicamente los componentes metales que tengan valor, como es el oro, el bronce, el aluminio, todo eso se quita, y toda la cascaja de plástico las tiran a las barrancas, si bien va, y si no, directo al río Atoyac”, dijo.
Al respecto señaló que como colectivo han buscado las normas oficiales y actividades que se realizan dos veces al año en la recolección especifica de estos materiales electrónicos, para que empresas especializadas reciclen todos los elementos.
Esta es una actividad, dijo, que la contaminación no siga aumentando en Puebla y las futuras generaciones tengan un ambiente más limpio, saludable, además de sustentable.
Por qué ahora es más común que equipos celulares y tabletas ya son más desechable, incluso con mercadotecnia de las marcas para adquirir los nuevos modelos.
“Exactamente, porque el empresario que hace estos tipos de aparatos nada más les da un cierto uso precisamente para que ellos puedan seguir generando riqueza para esa empresa, pero nunca han pensado en lo que pueden estar impactando para la gente”, condenó.
En la campaña que realizaron el fin de semana, Salva al Mar recibió al menos 67 pantallas, cuyos elementos son desechables también.
“Preguntando a la gente, nos dice que tenían con ella dos años o menos, y que sale muchísimo más caro mandarlas a reparar, que una nueva, imagínese”, reprobó.
Finalmente hizo un llamado a la ciudadanía para reciclar electrónicos de forma informada y a las autoridades a crear campañas, incluyendo políticas públicas para que los residuos no abonen a la contaminación.