El primer debate presidencial fue seguido por 13 millones de televidentes, de los cuales 11.3 millones fueron votantes, informaron integrantes de la Comisión Temporal de Debates del Instituto Nacional Electoral (INE).
Esa cifra es prácticamente la misma (13.1 millones) que registró el tercer debate presidencial de 2018 entre José Antonio Meade, Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador y Jaime Rodríguez el Bronco. Donde sí hubo diferencia entre ambos ejercicios fue en el número de personas en edad para votar que lo vieron: 11.3 millones el del domingo pasado, contra 10.7 millones el tercero de 2018.
Como comparativo, la audiencia del debate fue el doble de la que tuvo el partido Chivas-América del torneo Apertura 2023 de la Liga MX, con un rating de 7.3 millones de personas, de acuerdo con Televisa-Univisión.
Sin embargo, si se consideran las vistas mediante las plataformas de los propios canales de televisión, la audiencia podría alcanzar 11.8 millones de mayores de edad, explicó Rodrigo Gómez, CEO de la empresa HRM Media Flash, en conferencia con los consejeros electorales.
El empresario, contratado por la autoridad electoral, detalló que 55% de las personas que sintonizaron el debate fueron mujeres; 19% tiene educación superior; 82% tiene internet; 22% pertenece a una familia con jóvenes entre 13 y 18 años; 46% son amas de casa, y 47% de nivel socioeconómico ABC+.
Los televidentes siguieron en promedio el debate por 36 minutos, y el segmento de transparencia y combate a la corrupción fue el que más interés suscitó.
La medición es simular a la que registró el primer debate presidencial de 2018, pues lo vieron 11.4 millones de personas mayores de edad, según datos del INE.
La consejera Carla Humphrey, presidenta de la Comisión Temporal de Debates, detalló el alcance en redes: Youtube, un millón 637 mil 766; Facebook, 4 millones 97 mil 900; X, 774 mil 400 vistas.
Ante las críticas del presidente López Obrador, quien consideró que el debate fue una narrativa en su contra, los consejeros defendieron la metodología con la que se eligieron a las preguntas.
La consejera resaltó que ésta fue aprobada por el Consejo General y ratificada por la Sala Superior del Instituto Nacional Electoral (INE).
“Ese informe implica que se va a poder replicar, que hay trazabilidad, y que cualquier persona que siga los pasos de la metodología va a poder, y obviamente este informe, llegar a las preguntas a las que llegó Signa Lab”.
“Hubo una garantía de que las personas que preguntaron eran personas reales. Eso también se cuidó”, agregó la consejera Claudia Zavala.
La consejera Dania Ravel dijo que se establecieron criterios para rechazar preguntas, como que no estuvieran dirigidas a un aspirante en especial, que no tuvieran sesgos partidistas o que no utilizaran calificativos.
Respecto de las críticas que han surgido tras el ejercicio respecto de la producción, el formato y la falla que presentó el cronómetro, la consejera agregó que se pedirá una carta a la casa productora sobre las mejoras que van a hacer en iluminación, manejo de cámaras y los cronómetros, y será la Dirección de Administración la que determine si hay una penalización para la empresa Full Circle, la cual se contrató para los tres debates. El costo aproximado del primer ejercicio fue de 10 millones de pesos.
La consejera también advirtió que no habrá cambio en el formato del próximo debate, que ya está aprobado por el Consejo General.
“Pequeñas adecuaciones es a lo que nos referimos, que se puede hacer por consenso en la mesa de representantes (de los candidatos), pero no una alteración que modifique por completo el formato que ya hemos establecido también para el segundo debate y tercer debate”.
Con información de elfinanciero.com.mx