Ya no podemos tapar el sol con un dedo: México cuenta con la peor generación de futbolistas de toda la historia.
Es triste ver como cualquier jugador ‘medianito’ es convocado para representar al ‘Tri’. Salvo un par, a todos les queda ENORME la camiseta.
Y es tan desesperante la situación, que a los futbolistas sólo queda pedirles tantita vergüenza deportiva, porque talento queda claro que no lo tienen.
Ya ni hablemos de actitud o coraje porque siempre se hacen pequeñitos en los momentos importantes. Tal parece que ya se les hizo normal dar vergüenza en el campo.
Tampoco caigamos en la fácil de pensar que dos futbolistas —Malagón y Santiago Giménez— hubieran cambiado el resultado del partido. No son tan buenos como nos gusta pensar.
El discurso de que la diferencia es que “unos emigran a Europa y otros no”, se traduce en que Estados Unidos tiene mejores jugadores que nosotros. Así de fácil.
Otro tema es la dirección técnica. En qué momento pasamos de tener tipos serios y con autoridad como La Volpe o Javier Aguirre, para tener a un títere como Jaime Lozano.
El tipo ni si quiera es ‘amigo’ de los jugadores, es un simple “queda bien” que hace lo que le piden para mantener el puesto.
Se los firmo: Lozano no será el director técnico del ‘Tri’ en el mundial 2026. Será muy bueno para grabar comerciales o TikTok’s pero está muy lejos de ser el tipo indicado para guiar todo un proceso y llevarlo a buen puerto.
Ojo, no es la derrota: son las formas.
En fin. La Selección Mexicana se está cayendo a pedazos. Y lo peor es que no se ve de dónde se pueda rescatar algo. Porque repito, ni vergüenza nos queda.