Si de algo carece el PRI de Puebla es de un líder talentoso.
Para entender el tamaño de Néstor Camarillo, basta con saber que a todos sus empleados y subalternos les pide que lo etiqueten en sus publicaciones y que reaccionen a sus posteos en redes sociales.
Se siente el dueño del Tricolor, pero no tiene ni la autoridad para cuidar “su partido”.
Hoy, a unos meses de la elección, uno de los cuadros más importantes del Revolucionario Institucional está por irse junto con más de 20 presidentes municipales.
El poderoso Jorge Estefan Chidiac analiza su futuro y éste sería en el Partido Verde Ecologista, donde saben lo que representaría tenerlo en sus filas.
Al diputado local no le cayó nada bien que no le cumplieran el acuerdo que lo llevaría al Senado de la República.
En la sesión del miércoles 13 de diciembre, Nadia Navarro Acevedo pidió adherirse al Grupo Parlamentario del tricolor y dimitió a la bancada panista para asegurar su reelección, quitando a Jorge Estefan de la posición número 1 de la fórmula del Frente.
El poder por el poder.
Sin espacios para poder negociar porque sólo siguen órdenes, la dirigencia poblana no defendió a uno de los políticos que más le ha dado al priismo poblano.
Si esto se concreta, sería un durísimo golpe para las aspiraciones de Eduardo Rivera Pérez, que no contaría con la operación del aún diputado priista y su equipo.
De hecho, dos de los grandes ausentes en el cierre de precampaña del ex presidente municipal fueron Blanca Alcalá Ruiz y el mismo Jorge Estefan, que no aparecieron ni felicitaron en redes sociales al precandidato único del Frente.
Y pensar que alguna vez el PRI fue el partido más importante y poderoso de Puebla.
Por lo pronto, el Verde ya le ofreció una diputación federal plurinominal.