Sí, los poblanos notamos el cambio.
Pasamos de un gobierno de odio a un gobierno presente. De la venganza al diálogo.
De los caprichos a los acuerdos.
Miguel Barbosa y sus cercanos, en especial Verónica Vélez, sembraron miedo entre cientos de poblanos.
Cada mañana, desde “la mañanera”, se enviaban mensajes de rencor, groserías y señalamientos muchas veces infundados.
En política, como en la vida, la soberbia es una mala consejera.
No mienten cuando dicen que el poder enloquece.
Por fortuna, no a todos.
El gobernador Sergio Salomón llegó a cambiar las cosas.
Entendió que las y los poblanos estábamos hartos de la soberbia Barbosista. Político experto, sabe que no se puede administrar un estado desde una oficina, por eso su eslogan de gobierno es “un gobierno presente”.
Con obras como la nueva Central de Autobuses o Ciudad Universitaria 2, pasará a la historia.
Cuando se trata de progreso, no duda y pone en marcha, por ejemplo, un proyecto de movilidad en la avenida más importante de la ciudad, la Vía Atlixcáyotl.
Si es por la unidad de su partido, recibe a todas y todos los aspirantes en su oficina, se toma una foto y la difunde.
Es el gobernador, el 01, el hombre más poderoso de Puebla, pero ni eso lo ha hecho volverse loco como a muchos.
En su primer spot por el primer informe de labores, manda un mensaje importante: “usar el poder para cambiar vidas”.
Para eso es el poder.
Celebro desde este espacio que Sergio Salomón Céspedes sea el gobernador del Estado.
No tengo dudas, cuando termine su periodo podrá caminar entre los poblanos con la cara en alto, sin esconderse, sin la duda de haber fallado.