Durante el Festival del Mole de Caderas en el municipio de Tehuacán, el gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, anunció que se decretó al platillo como Patrimonio Cultural Intangible del estado.
La acción de la declaratoria se logró gracias a que con fecha al 15 de febrero de 2023, el gobierno de ese municipio entregó un oficio para solicitar a la Secretaría de Cultura realizar los trámites conducentes para que el platillo, sea reconocido como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla, emitiéndose la declaratoria correspondiente.
En coordinación se efectuaron dos foros de consulta en Tehuacán donde participaron comunidades de municipios involucrados con las manifestaciones culturales, obteniendo la aceptación para llevar a cabo el trámite de la declaratoria del Mole de Caderas en el Valle de Tehuacán como Patrimonio Cultural Intangible del Estado de Puebla, en reconocimiento a las buenas prácticas en la recreación de estas manifestaciones, a los valores culturales, históricos y tradicionales que representa, además del acuerdo de las comunidades para participar en la definición y puesta en marcha de las medidas de salvaguardia correspondientes.
Dicha declaratoria implica que en conjunto con la Secretaría de Cultura y los Ayuntamientos pertenecientes a la región de Tehuacán implementen acciones a favor de la promoción, preservación, difusión y salvaguarda del platillo.
Así también la temporada 2023 inicia el jueves 19 de octubre con el Festival Étnico, que de igual manera fue declarado como “Patrimonio Cultural del Estado de Puebla”, por el valor cultural, tradicional y ancestral que representa para nuestra entidad, con fecha a 22 de octubre de 2004, y que se celebra durante la segunda quincena del mes de octubre de cada año, teniendo como objetivo la renovación anual de las tradiciones y costumbres, así como su preservación en el tiempo de las regiones y comunidades participantes en el mismo.
La declaratoria se publicó en el Periódico Oficial del Estado; el Mole de Caderas es un guiso con un sabor particular que la mayoría de sus ingredientes se consiguen únicamente en esta temporada, siendo los chiles: costeño, guajillo, serrano y cuicateco; jitomate, miltomate, ajo, cebolla, cilantro, huajes, hojas de aguacate, sal de Zapotitlán Salinas y ejotes de la sierra; se suele servir con cebolla picada, naranja agria o limón, además del ingrediente principal que es el espinazo y el juego de caderas del chivo cebado, acompañado de tortillas de maíz.
El documento menciona que, el origen de este platillo se debe al resultado secundario del procesamiento de los productos obtenidos del chivo cebado, cuando los hacendados, interesados solo en obtener la piel, el sebo y la carne frita de los animales, emplearon las menudencias (vísceras) y la osamenta residual (patas, huesos y espinazo) para pagar a quienes procesaban los chivos.
Las esposas de estos trabajadores, echando mano de su ingenio para obtener una comida digna, añadieron los restos del chivo a la receta de su tradicional “chiláyotl”, además de diferentes ingredientes propios de su entorno inmediato, creando un nuevo platillo de sabor particular.
El nombre que se le dio a esta preparación fue “caldo de los pobres”, elaborado con el espinazo y las caderas del chivo cebado, que al pasar el tiempo se le dio el nombre de “Mole de Caderas”.