Cuando todos los días abrimos los periódicos, ya sea en papel u online, leemos cuando menos una noticia relacionada con el tema de lavado de dinero y damos por hecho que se trata de un delito que la justicia sanciona. Aunque no pensemos mucho en ello, vemos que siempre el delito de lavado de dinero viene acompañado de la comisión de uno o más delitos, ya sea narcotráfico, corrupción, delincuencia organizada o cualquier otro. ¿Por qué es eso?
La respuesta es muy sencilla: al delito de lavado de dinero se le llama subyacente, pues siempre ocurre como consecuencia de otro delito al que se le llama precedente.
Ahora bien, definamos los que es subyacente y precedente: Subyacente proviene del latín y significa que permanece debajo o como consecuencia de una cosa. Por lo tanto, el delito subyacente es aquel que viene después de otro. Precedente, de igual manera, proviene del latín y significa que está antes de otro delito, o sea que antes del delito subyacente, hay uno precedente.
Cualquier tipo de delito que incremente el patrimonio de una persona (narcotráfico, corrupción, robo, fraude, entre otros) pasa a ser el delito precedente del lavado de dinero. Cuando el primer delito ya se llevó a cabo y los criminales tienen el dinero, los bienes o derechos que proceden de la actividad criminal, esos activos necesitan ser lavados a fin de poderlos utilizar en la economía formal aparentando que provienen de actividades lícitas.
No debemos olvidar que el dinero no es sucio por si solo, el dinero es limpio mientras provenga de actividades lícitas y puede ser utilizado en las actividades que queramos. No obstante, cuando el dinero proviene de actividades ilícitas, se le denomina dinero sucio y para ser utilizado abiertamente en la economía formal, tiene que ser lavado.