Hay tres constantes en la mayoría de las y los periodistas poblanos: omiten nombres en sus columnas, se creen estrellas y no arroban en las indirectas de sus tuits.
Creo que no hay peor defecto que la cobardía. O sí, la deslealtad.
Hace unos días, la cuenta de Twitter @soprano_tonny, operada por Adán Morales, publicó que el reportero Yonadab Cabrera se separaba del Periódico Central, ése que crearon hace más de 10 años Edmundo Velázquez, Viridiana Lozano, Selene Ríos y el propio Yona.
Un intercambio de tuits entre Arquímedes Ríos y Cabrera Cruz lo confirmó.
Desde hace algunas quincenas, el fundador de Central, dejó de cobrar.
No es el único, dicen.
Las diferencias de criterio editorial, se convirtieron en un sisma que culminó con la salida de Viridiana Lozano y desde entonces, perdieron la solidez que les habían dado años del periodismo irreverente que en un inicio tuvieron. Además, iniciaron los problemas económicos.
La dueña de Ambas Manos intentó comprar el periódico digital cuando dejó de coincidir editorialmente con los hermanos Ríos Andraca, pero no la dejaron.
Con su salida y la de algunos reporteros, la caída de Periódico Central fue inevitable.
Del periodismo irreverente poco queda.
Ni su eslogan inicial mantienen: hoy reza Central, Puebla irreverente.
En el décimo aniversario del medio, Lozano Ortiz recordó algunas palabras que les decía Selene Ríos: en esta profesión tienes que ser valiente… que te atrevas, que renuncies, que abras un periódico, que lances ese tuit, que contestes, que no te dejes intimidar.
Las actuales cabezas lo dejaron de hacer.
Qué falta les hacen Selene y Viridiana.
Qué falta les va a hacer Yonadab.
Lo bueno que para las guerras sucias siempre se necesitan soldados o periodistas metidos en trajes de asesores.
Qué triste escribirlo: ya casi acaban con Periódico Central.
Tal vez Arturo Rueda pueda salvar el barco.