Si algo tiene claro Alejandro Armenta es que no tendrá otra oportunidad igual para ser gobernador de Puebla.
Los reflectores que tiene hoy en la presidencia del Senado de la República no los mantendrá en el corto y mediano plazo.
Ni cuando caminaba codo a codo con Mario Marín estuvo tan cerca. En los planes marinistas, iba a ser el sucesor de López Zavala para heredar la silla a Mario Jr.
Por eso, es ahora o nunca.
La buena noticia para el senador es que todas las encuestas lo ponen como el perfil de Morena más conocido en el Estado. La mala es que ya es su techo.
La peor: las mediciones no sólo serán para saber quién es la o el más conocido.
En este intento de gobernar Puebla, Armenta Mier ya tiene plan B y C por si no es el elegido por el dedo presidencial.
Los acercamientos con la oposición son reales.
Muy reales.
Aunque jura que irá por Morena porque se ganó a AMLO con su pelea con la Ministra, el oriundo de Acatzingo también ve su futuro del otro lado: con el PRD, PRI y PAN.
Para no verse como un político incongruente y chapulín, abanderaría la causa del Partido de la Revolución Democrática, que, aunque no suma casi nada en votos, representa a la izquierda en la coalición.
Otro escenario que ya tiene previsto el senador es su regreso al Partido Revolucionario Institucional, por el que ya fue diputado local, federal y presidente municipal.
El PRI, que parece que agoniza en Puebla, podría resucitar de la mano de uno de sus hijos pródigos.