Los tiradores de Morena sólo piensan en la gubernatura. Nacho Mier, Alejandro Armenta, Julio Huerta y hasta Claudia Rivera ven menos la presidencia municipal.
Ni como premio de consolación la consideran.
Para la selección del candidato, el gobernador Salomón no llevará mano. Serán López Obrador y las encuestas quienes decidan en Morena.
Más el presidente que los números. Es su estilo y no lo va a cambiar.
Donde sí podrá influir el mandatario estatal, es en la designación del candidato al municipio.
Igual que Miguel Barbosa veía la continuación de su proyecto en Sergio Salomón, Doble Ese tiene a su gallo, pero en la capital.
Su nombre: Eduardo Castillo López.
El coordinador de la bancada de Morena en la LXI Legislatura, ya ha platicado con el gobernador del tema en varias ocasiones.
Le ha dado luz verde para empezarse a mover.
Aún no figura en las encuestas, pero pronto lo hará.
De hecho, ha comenzado a buscar apoyo de amigos empresarios para saber su opinión y consejos en este difícil, pero no imposible camino hacia Charly Hall.
Hijo de un migrante, Eduardo Castillo no tiene negativos para las mediciones que hará el partido del presidente.
Es su ventaja, además de la confianza y cariño de Céspedes Peregrina.
Su historia de vida podría inspirar a muchos poblanos que verían en él un caso de éxito. De la Mixteca a la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso.
De Cuayuca de Andrade al Palacio Municipal de la capital.
No suena mal.