En diciembre del año pasado, después de que la Asociación de Hoteles y moteles publicó un comunicado para advertir sobre estafadoras que enganchan a hombres en Tinder, un par de denuncias de miembros llegaron a CAPITAL sobre mujeres que ofrecen servicios sexuales en La Boutique, página que reemplazó a Zona Divas después de que ésta fuera denunciada por explotar a mujeres de otros países.
Esta mañana presuntos sicarios publicaron un video en el que tienen sometidas a por lo menos cinco sexoservidoras, a quienes les exigen el pago de piso a cambio de no ser asesinadas.
En el video aparecen al menos cinco hombres, todos encapuchados.
El nuevo portal opera de la misma forma que el sitio suspendido: con fotografías de las chicas, las ciudades donde se les puede encontrar —contratar— y hasta un número de Telegram https://t.me/lbvipoficial para recibir toda la actividad en el sitio y foro.
Tan sólo en la ciudad de Puebla, presentan a 38 “joyas”, como llaman a las chicas que aparecen en el catálogo digital. Además, tienen espacios para publicidad para las “modelos” que quieran anunciarse: piden datos y material fotográfico que debe ser enviado a webmaster@laboutique.vip, con atención las 24 horas.
Igual que la banda de Tinder, dejan a los hombres inconscientes por horas para poder robar carteras, teléfonos y automóviles, pero con una diferencia: días después los contactan para extorsionarlos con datos personales.
La llamada ya no es cortés y la realiza un hombre. Da datos personales y exige una cantidad de dinero periódica amenazando con realizar una visita personal al domicilio de la víctima.
Desde que llegan al lugar de la cita, la presencia y operación de la delincuencia organizada es obvia: tienen gente que vigila, capta y transporta a las chicas.
No se nos debe olvidar que la Fiscalía Especial para Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas calcula que unas 16 extranjeras habrían sido asesinadas o están desaparecidas y las causas apuntan a este tipo de sitios web.
Hoy, ZonaDivas.com está fuera de circulación. Pero no el negocio que, según nos cuentan dos empresarios, ahora incluye la extorsión.