Lo que sucede en el Partido Acción Nacional en Puebla debería ser un escándalo.
Augusta Díaz de Rivera y compañía se despacharon con la cuchara grande. Hasta ahora, impunemente.
De entrada, no dejaron la documentación comprobatoria ni se subió al Sistema Integral de Fiscalización del Instituto Nacional Electoral, sobre el financiamiento entregado a las estructuras municipales.
No hay documentos comprobatorios ni contables de avisos de contratación, kárdex, muestras fotográficas, minutas y contratos.
En el colmo del cinismo, no aparecen 10 computadoras portátiles del partido.
Ahora se entiende la mega paliza que les dieron el gobernador Armenta y Morena en las pasadas elecciones: hay candidatas del PAN que fueron registrados en el proceso electoral sin su conocimiento, por lo que habrían violado sus derechos, además de usurpar su identidad y falsificar firmas.
¡Qué grave!
Incluso, la dirigencia estatal anterior dejó sin financiamiento a 84 mujeres candidatas que postuló.
Las mandaron a la calle, sin prerrogativas y sin apoyo.
Una mujer panista abandonó a las mujeres panistas.
Para lo que sí alcanzó fue para contratar al hermano de Augusta Díaz de Rivera, Jaime Díaz de Rivera, para fumigar y controlar plagas ¡dos veces al mes!
Ni las formas cuidaron.
El domingo, durante la sesión del Comité Estatal, el actual secretario de asuntos indígenas y secretario del Comité de Teopantlan, Miguel Ángel Pérez Liberato, señaló que la administración de Augusta Díaz no envió las prerrogativas a comités como el suyo.
¿Dónde quedó ese dinero?
La dirigencia actual tuvo que destinar 2.8 millones de pesos para finiquitar a Augusta y 26 personas más, porque demandaron al partido. Su partido.
El Yunque siendo El Yunque.
Dejaron al PAN endeudado y con multas, pero lo demandaron por “despidos injustificados”. Y se dieron bonos durante 4 quincenas.
Cómo da vueltas la vida, hoy la ex regidora Ana María Jiménez, responsable de defender el hoyo financiero de Adán Domínguez, es la encargada de justificar las malas finanzas de la administración del comité estatal del PAN anterior.
Qué bueno que perdieron, me cae.
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