El viernes 26 de enero no fue una noche normal en el table dance clandestino Palaze, ubicado en el Bulevar Norte No. 1023, Colonia San Alejandro.
La violencia rebasó al equipo de seguridad que permitió el ingreso de armas de fuego al lugar y que fueron usadas para agredir a otros clientes en el club.
Hasta que armas de fuego estuvieron involucradas, el Área de Normatividad del Ayuntamiento de Puebla decidió clausurar el negocio aunque en próximos días —porque siempre es así— volverá a operar.
Resulta extraño que, aunque siempre difunden con bombo y platillo, Tesorería Municipal y Normatividad aún no difunden el comunicado del cierre de este table dance.
🚨🚨🚨 Ahora que el @PueblaAyto clausuró La Escondida en Analco, a ver cuándo comienza con las decenas de congales y table dance disfrazados de restaurantes.
— CAPITAL (@CapitalPueblaMx) January 19, 2024
La herencia de @GuevaraMontiel y @eduardorivera01 👇🏻 pic.twitter.com/Cz7bb3Mqqz
La impunidad con la que se mueven estos negocios clandestinos permite la venta de bebidas embriagantes adulteradas, shows de sexo en vivo, distribución de sustancias prohibidas, prostitución de menores y entrada a jóvenes sin la mayoría de edad.
En marzo del año pasado, esta reportera dio cuenta de que uno de los dueños del Palaze, Eduardo N., mejor conocido como “Lalo Malo”, fue detenido ¡por secuestro! Su socio, Óscar Farías Lucero, continuó operando con toda impunidad y la complicidad del área de Normatividad.
Desde noviembre de 2021, CAPITAL documentó con video y fotografías que hay “restaurantes” y “bares” con tubo y mujeres desnudas, sin tener la licencia de funcionamiento correspondiente.
La administración de Eduardo Rivera llegó a “cambiar el rumbo” de Puebla, ¿convirtiendo en legal lo ilegal con una cuota?
Por eso no quiere hablar @GuevaraMontiel
— CAPITAL (@CapitalPueblaMx) January 27, 2024
Así la noche de ayer 📸 en el ¡Qué nochecita!, table dance clandestino ubicado en la Col. El Progreso.
❌ Sin licencia y con la impunidad que le da el @PueblaAyto pic.twitter.com/9bvBswkBox
Es impactante ver la publicidad de los negocios sin licencia que ofrecen variedad en la capital: hasta shows de sadomasoquismo, ¿en un restaurante bar?