La doctora Griselda Corro Hernández, investigadora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), ha desarrollado una innovadora técnica para la producción de biodiésel utilizando aceite reciclado, el cual proviene de desechos de restaurantes y lugares donde se realizan frituras. A diferencia de otros procesos convencionales que dependen de electricidad para activar las reacciones químicas, el procedimiento propuesto por la investigadora emplea energía solar, lo que constituye una verdadera revolución en el campo de los biocombustibles.
Un Proceso Ecológico y Económico
La clave de la innovación radica en el proceso fotoactivo que la doctora Corro y su equipo han implementado, utilizando radiación solar para activar catalizadores desarrollados en el laboratorio del ICUAP (Instituto de Ciencias de la Universidad Autónoma de Puebla). Esto no solo reduce el costo de producción del biodiésel, sino que también minimiza el impacto ambiental. Mientras que otros métodos requieren altos consumos de electricidad para lograr las altas temperaturas necesarias, el proceso fotolítico de la BUAP aprovecha la energía solar, eliminando la necesidad de electricidad y reduciendo significativamente los costos.
“Cambiamos los métodos de reacción, usando procesos fotoactivos que nos dan la originalidad. Esto nos ha permitido generar cinco publicaciones internacionales y 14 solicitudes de patente”, comentó la investigadora en una entrevista. Además, destacó que, con esta técnica, se ha logrado reducir el costo de producción del biodiésel a solo dos pesos por litro, comparado con los 16 pesos por litro que se manejan en otros laboratorios.
Un Proceso Riguroso y Seguro
El proceso de fabricación del biodiésel comienza con la limpieza del aceite de desecho, eliminando impurezas mediante un proceso de filtrado y lavado. Luego, se lleva a cabo la reacción para transformar los triglicéridos en metil ésteres, que son purificados y secados. Posteriormente, se elimina el metanol y el agua de la mezcla, y el biodiésel resultante se somete a análisis de pureza conforme a normas internacionales, garantizando que no causará daños a los motores de los vehículos.
Planta Piloto y Producción Escalable
Para llevar a cabo la producción de este biocombustible, se ha instalado una planta piloto en el Ecocampus Valsequillo de la BUAP, como parte del proyecto Conacyt-Sener 250014. En esta planta, un reactor produce entre 200 y 500 litros de biodiésel diariamente. Con solo 10 litros de aceite vegetal desechado se pueden generar aproximadamente 10.5 litros de biodiésel, lo que demuestra la eficiencia del proceso.
Impacto Ambiental y Nuevos Usos del Biodiésel BUAP
El biodiésel BUAP no solo representa una alternativa a los combustibles fósiles, sino que también puede contribuir a la reducción de las emisiones de gases contaminantes. En México, cerca del 80% de la población vive en áreas urbanas, donde el congestionamiento vehicular y la contaminación del aire son problemáticas constantes. El país se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente las generadas por el transporte, en un 21% para 2030.
El biodiésel BUAP se presenta como una opción viable para generadores de electricidad utilizados en la recarga de baterías de autos eléctricos, lo que podría tener un gran impacto ambiental al contribuir a la transición hacia energías más limpias.
Un Futuro Prometedor
Con esta innovadora técnica de producción de biodiésel, la doctora Corro no solo está ofreciendo una alternativa sustentable a los combustibles fósiles, sino que también está abriendo las puertas a un futuro más limpio y ecológico. Su trabajo no solo tiene beneficios para el medio ambiente, sino también para la economía, al reducir los costos de producción y permitir una mayor accesibilidad a fuentes de energía renovables.
“Se trata de un proceso muy noble que ayudará al medio ambiente, a las especies y, por supuesto, al ser humano”, concluyó la doctora Corro.
Esta investigación coloca a la BUAP a la vanguardia de la ciencia aplicada a la sostenibilidad y pone de manifiesto el potencial de las soluciones basadas en energía solar para resolver problemas globales como la contaminación y la dependencia de combustibles fósiles.