Los restos mortales de 13 de los 35 obispos y 6 arzobispos difuntos que han guiado la Iglesia en Puebla, así como las reliquias de los santos mártires, se abrirán al público en general para su exhibición el 1 y 2 de noviembre.
Lo anterior se hace una vez al año como parte de la temporada de día de muertos, una tradición en México.
El 1 de noviembre se expondrán en la Catedral, las reliquias de los santos mártires que se encuentran en la Capilla de las Santas Reliquias y en los altares de San José y de San Miguel para que los fieles puedan venerarlas, y así admirar la obra de Dios realizada en ellos.
Ahí se alojan restos de algunos santos mártires, particularmente en la urna central, de origen filipino.
En los bustos de yeso, elaborados por la academia de las Bellas Artes, contiene las reliquias de los respectivos santos: san Basilio, san Sotero Papa, san Cornelio, santa Catalina de Siena, san Irineo y otros. Bajo la mesa del altar está una escultura en cera de san Florencio, que contiene huesos de este santo.
Las pinturas realizadas por Juan Tinoco (s. XVIII), nos recuerdan el testimonio de santos como san Lorenzo, santa Úrsula, san Pedro y santa Bárbara; además de la hermosa talla en madera del Beato Juan de Palafox y Mendoza, obra del escultor e imaginero madrileño Antonio José Martínez Rodríguez; a la altura de su pecho tiene un relicario con un hueso del beato, la talla porta un báculo de madera con incrustaciones de carey y una mitra que le perteneció, los ornamentos que viste son una casulla, alba y capa pluvial del siglo XVII.
Bajo el altar de san José se encuentra una escultura en cera de san Satrapio, mártir romano de los primeros tiempos del cristianismo, que contiene algunos de sus huesos. También está su lápida, hallada en las catacumbas de Roma.
Bajo el altar de san Miguel, se encuentra una escultura de san Herculano mártir, y un ánfora que contiene restos de su sangre. También está la lápida correspondiente, hallada en las catacumbas romanas.
Mientras que, el 2 de noviembre, los fieles podrán visitar la Cripta de los Obispos en la Catedral, para pedir por el eterno descanso de quienes fueron los pastores de la Iglesia en Puebla.
Esta Cripta se encuentra de bajo del ciprés del Altar Mayor, ahí reposan los restos mortales de 13 de los 35 obispos y 6 arzobispos difuntos que han guiado la Iglesia en Puebla, fue el beato Juan de Palafox y Mendoza quien ordenó el traslado de los restos de sus predecesores a esta cripta, después de que él mismo reiniciara los trabajos de construcción de la Catedral y la consagrara en 1649.
Entre los obispos sepultados en este lugar se encuentran: Fray Julián Garcés, primer obispo de Puebla (1527-1542), Don Salvador Bienpica y Sotomayor (1790-1802), y los Arzobispos Don Pedro Vera y Zuria (1924-1944) y los hermanos Don José Ignacio (1945 1950), y Don Octaviano Márquez y Toriz (1951-1975) y los restos mortales de Mons. Rosendo Huesca Pacheco, octavo Arzobispo de Puebla.
En este año en que se celebra el Bicentenario de la Consumación de la Independencia, se destaca que en esta cripta están los restos de Mons. Antonio Joaquín Pérez Martínez, firmante del acta de Independencia, quien falleció el 26 de abril de 1829.