Ni serán todos los que están, ni están todos los que serán.
Un puño de diputados y funcionarios de los gobiernos estatal y municipal se ha comenzado a medir rumbo a la elección del 2027.
Lo cierto es que todos los que se compraran y pagan por estudios demoscópicos creen que tienen posibilidades de competir por algo grande.
Es la naturaleza del político.
Unos, los que tienen billete, llevan un tracking desde hace unos meses para ver para qué les alcanza y miden a los que podrían ser sus rivales.
Las encuestas son parte fundamental de nuestra democracia y gracias a éstas, el proceso electoral no es de sólo un momento. Además, sirven para tomar decisiones antes de atreverse a lanzarse al vacío.
A diferencia de las elecciones pasadas, donde Alejandro Armenta siempre apareció como puntero de absolutamente todos los estudios, las preferencias para 2027 sí pueden variar dependiendo el personaje que aparecerá en la boleta porque el Movimiento de Regeneración Nacional competirá bajo las nuevas reglas antinepotismo.
Aunque parece que no va a cambiar mucho: si hoy fueran las elecciones, el 50% de los mexicanos votaría por Morena y el 5% por Acción Nacional, según QM Estudios de Opinión y el Heraldo Media Group.
La realidad de la oposición es dura: hay más indecisos que panistas y priistas juntos.
Habrá sorpresas, pero no sorprendidos. Las grandes ligas no son para todos.
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