Eduardo Rivera Pérez, candidato del PAN a la gubernatura, es uno frente a las cámaras y otro sin éstas.
Es sensible en campaña, pero indiferente en gobierno.
¿Cómo creerle al panista?
En sus redes se muestra empático; en la calle, indolente.
Cuando no te duele tu prójimo, es difícil que intentes ayudarle. Es naturaleza humana.
Aunque no para todos.
Mientras los cercanos al ex presidente venden 35 millones de pesos en tortas, sándwiches, hamburguesas y alimentos, los poblanos de a pie luchan por sobrevivir cada día.
Esta foto retrata de cuerpo entero al panista. Mientras se sube a su camionetón que pudo disfrutar como presidente municipal durante la pandemia, ignora a una vendedora de botanas en pleno Zócalo.
Durísimo.