“Gobernar es pactar; pactar no es ceder”.
No es la primera vez que la familia del ex gobernador Miguel Barbosa muestra su descontento con la administración de Sergio Salomón.
La carta de la viuda de Luis Miguel Gerónimo, Rosario Orozco, publicada el pasado 20 de noviembre sólo confirma lo que ya sabíamos: les dolió perder los privilegios.
Y es que hasta los beneficiados por el Barbosismo ya les dieron la espalda.
Se confirmó la máxima en política: los amigos hechos desde el poder y el dinero se van.
Charito, como se hace llamar, asegura en la misiva que le redactaron que hubo personajes que se aprovecharon de la muerte de su esposo, pero no menciona que ella misma no tiene un solo mérito para ser diputada federal más que ser pareja del ex mandatario.
Sin decir nombres, también asegura que había una primera opción para la mini gubernatura. El nombre que no publica es Julio Huerta, primo de Barbosa.
En otro arrebato, el hijo de la diputada federal y el ex gobernador criticó —con todo y faltas de ortografía— los nombramientos del gobernador sustituto en sus historias de Instagram, aunque minutos después lo borró: Últimamente sus nombramientos estatales dan pena. Felicidades esta entregado.
Otra vez, en los primeros 100 días del gobierno de Salomón Céspedes, Miguel Barbosa jr. volvió a publicar una historia haciendo referencia al gobierno de su padre: Gracias Miguel Barbosa Huerta (pa) por 4 años (1460 días) de un gobierno exitoso para la gente.
Parece que los barbosistas vivían en otra realidad porque, según las mediciones nacionales como la de Consulta Mitofsky o Arias Consultores, la administración de Miguel Barbosa era la peor calificada de México. El ex gobernador aparecía en el último lugar de aprobación entre los mandatarios de todo el país.
Tampoco menciona en la carta que, sin una sola obra o acción de gobierno que destaque de Miguel Barbosa Huerta, Alejandro Armenta cargó con todos los negativos que dejaron el ex gobernador y su grupo.
Hoy, muy lejos de los mejores días en que se hacía todo lo que pedía y sin experiencia legislativa, Rosario Orozco es diputada federal.
Además, ella fue testigo de las persecuciones y venganzas de su esposo. No se despegaba de su lado.
El silencio y no involucrarse es indiferencia. El silencio ante el atropello es complicidad.
No son los mejores tiempos para los herederos del Barbosismo, pero dos diputaciones mantienen al grupo con vida.
No les va a alcanzar para más.
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*Para mentadas, información, denuncias: 2221.60.17.54