Debería ser un escándalo los 32 millones de pesos que ganó “por honorarios” el periodista Carlos Loret de Mola en un año.
También tendría que ser un escándalo que el medio en el que trabaja esté financiado por gente del ex candidato a la presidencia Roberto Madrazo, quien habría desviado más de 7 mil 300 millones de pesos de recursos públicos hacia negocios privados, incluyendo Latinus y La Nota es La Nota, empresa del ex conductor de Televisa.
Después de anunciar unas “vacaciones” de dos meses —las más largas en la historia del periodismo en México—, la Unidad de Inteligencia Financiera del Gobierno Federal anunció una investigación contra Víctor Trujillo y Carlos Loret de Mola por lavado de dinero e ingresos no reconocidos por el SAT.
No eran días de descanso.
Se quejan, denuncian y reclaman, pero lo que no dicen los periodistas Brozo y Loret es que administraciones anteriores también investigaron a otros medios y reporteros.
Puebla tampoco fue la excepción. El gobierno de Rafael Moreno Valle persiguió un día sí y el otro también a los periodistas críticos. Buscó por todas las vías, callar a los medios que difundían y publicaban todos los negocios y errores morenovallistas.
“Por las buenas bien, por las malas mejor”, era la máxima del ex gobernador.
Más que lealtad, quería obediencia. Las humillaciones de Rafael y su grupo son conocidas: desde gritos hasta poner a columnistas como meseros en Casa Puebla.
La persecución de Moreno Valle no logró su cometido, los perseguidos nunca hicieron algo indebido o ilegal, lo que hizo la diferencia.
Lo mismo tendría que pasar en el caso de Carlos.
Este día, faltaba más, Carlos Loret de Mola utilizó su columna en El Universal para quejarse y aplicó el famoso “por qué yo sí y ellos no”.
Nos guste o no el estilo y periodismo de Loret y Brozo, lo cierto es que la UIF ha identificado numerosas transferencias financieras entre las empresas de una red empresarial vinculada a Roberto Madrazo Pintado y las controladoras de Latinus, revelando una compleja red de triangulación de fondos.
En la era Barbosista, medios sin visitas y sin alcance recibieron también varios millones de pesos.
Nadie por encima de ley.