Cuántos rumores se han compartido y creído sobre la supuesta homosexualidad del ex gobernador Rafael Moreno Valle. Todos pensados para afectar y lastimar la reputación de éste, echados al aire sin escrúpulos.
No es difícil darnos cuenta de que vivimos en una sociedad gustosa de creer en chismes.
Basta hacer una revisión en redes sociales o Google para ver todo lo que se difundía de él y su círculo cercano.
Qué fácil es inventar chismes y rumores a los políticos desde el anonimato, tirando la piedra y escondiendo la mano.
Quién no recuerda cuando Javier López Zavala, candidato priista —hoy preso—, lo acusó en pleno debate para la gubernatura en 2010 de cambiar de sexo: “seguramente hay funcionarios que cambian de coche, que cambian de casa o que cambian de mujer. Yo sigo con la misma, yo vivo en la misma casa, pero hay otros que cambian de partido y que cambian de sexo. Qué pena”.
Y hay más: que tenía un acuerdo multimillonario con su esposa, Martha Érika Alonso, para fingir que eran pareja; que se disfrazaba de mujer con algunos de sus funcionarios (hasta el periodista Fernando Maldonado publicó y después bajó un video mal editado y a todas luces falso, titulado “Las Princesas de Atlixco”); que mandaba un helicóptero a la CDMX para recoger a Fernando Colunga.
Éste último es uno de los más fuertes, hasta tendencia se volvió cuando el periodista Edgar Pérez —sin presentar una sola prueba— aseguró que el actor de Televisa fue su pareja y que, incluso, se reunían en la habitación presidencial de un hotel de gran prestigio en CDMX que rentaban completo, para no ser descubiertos.
La combinación perfecta para que la versión tomara fuerza: Fernando jamás ha compartido detalles de su vida privada y Rafael contaba con todo el dinero para cumplir cualquier capricho.
Pérez publicó también que, gracias al poder de Moreno Valle, Colunga disfrutaba de grandes lujos que incluían helicópteros y equipo de seguridad. Y todo, como en el bajo mundo del Internet, sin pruebas.
Todos los rumores son falsos. Rafael no era gay y el actor no fue su pareja.
La penosa historia sobre la sexualidad del primer gobernador panista en la historia de Puebla, comenzó en el sexenio de Melquiades Morales Flores, cuando el Grupo Finanzas nació y se encumbró, lo que desató muchos celos y envidias dentro del equipo melquiadista, principalmente en Fernando, hijo del gobernador.
La mala relación entre Morales Jr. y Rafael no era ningún secreto. Se comenta que alguna vez se hicieron de palabras en un restaurante, donde se dijeron de todo.
Y todo es todo.
De hecho, el primero contrató al despacho de María Elena Vázquez Nava, ex contralora de Carlos Salinas de Gortari, para auditar a la poderosa Secretaría de Finanzas y Desarrollo Social, a cargo de los morenovallistas.
La auditoría tenía un objetivo: eliminar a Rafael de los afectos del gobernador y de la administración de Finanzas y Desarrollo Social.
Justo en el primer trienio de Melquiades Morales Flores, nació el mito de La Jaula de las Locas, derivado de la compra del helicóptero Bell para el gobierno del estado.
Fernando Morales ya trabajaba el tema con el Grupo Grylm, mientras Rafael Moreno Valle y su equipo cotizaban directamente con la fábrica de las aeronaves, es decir, sin intermediarios.
La triangulación de la operación dejaría mucho dinero para unos, mientras los otros sólo resolvían.
Para lograr la transacción y favorecer a Grylm, Fernando decidió platicar el tema directamente con su padre, el gobernador. Lo malinformó sobre los precios, características y negociación de la aeronave que, según él, tendría un costo extra de 200 mil dólares, por lo que el grupo morenovallista fue llamado a cuentas.
Antonio Peniche, Fernando Manzanilla y Rafael acudieron a la cita con Melquiades Morales para explicar, con facturas, cotizaciones y una llamada directamente a la fábrica en Estados Unidos, sobre lo que realmente sucedía con la compra.
A la cita llegaron con un documento oficial de Bell, donde ya daban el mejor precio del mercado.
No había forma de que el costo fuera menor, cuando los fabricantes habían hecho ya la cotización formal y por escrito.
¡Ya había un acuerdo!
Y quedó confirmado con una llamada frente a Morales Flores en altavoz.
En ese momento, el Grupo Finanzas se afianzó más fuerte con el mandatario, lo que derivó en una difamación que persiguió al político poblano y parte de su grupo durante toda su vida.
El hijo del gobernador, molesto y con ganas de venganza, decidió acudir a las páginas de Intolerancia Diario para soltar el rumor: el secretario y sus amigos son gays.
Como el alcoholismo de Felipe Calderón con Federico Arreola, así la supuesta homosexualidad de Rafael Moreno Valle Rosas con Fernando Morales: un vil invento que se propagó hasta convertirse en un mito.
De hecho, según fuentes muy cercanas al ex gobernador, el gusto por las mujeres y la fiesta fueron un problema para Moreno Valle en una etapa de su vida. Las mejores mesas en los antros, la compañía de hermosas chicas y cuentas de miles de pesos fueron la constante en la vida del grupo.
Rafael y sus amigos llegaron a ganarle la mejor mesa del Baby ‘O de Acapulco al mismísimo Luis Miguel. La estrategia y el dinero siempre fueron su fuerte.
*Texto publicado en la revista La Grilla.