La pandilla de Eduardo Rivera, Adán Domínguez y compañía sigue haciendo negocios hasta en el final de una de las peores administraciones en la historia de la ciudad.
Otra vez, el alcalde sustituto mintió descaradamente: el pasado 18 de julio, CAPITAL dio cuenta de la instalación de unos torniquetes en la entrada de Palacio Municipal para controlar el acceso al recinto. Adán se justificó argumentando un tema administrativo “así como hay en el CIS y Casa Aguayo”.
Sin pensar en una emergencia o sismo, el grupo del presidente sustituto privilegió el negocio.
Resulta que el gran beneficiario de esta instalación es Carlos Anaya Rodríguez, dueño de Parkimóvil y sobrino de Enrique Guevara Montiel, secretario particular de presidencia; y de los panistas Pablo y Carlos Montiel, este último regidor del Ayuntamiento.
La empresa de Anaya ya había sido favorecida por la actual administración municipal con los parquímetros en el Centro Histórico, con un pago de cinco pesos por cada hora o fracción en el uso del espacio para estacionamiento temporal.
A la pandilla de Lalo no le importó la afectación a los miles de negocios de la zona con la disminución de las ventas, dieron prioridad a los casi 2 millones de pesos mensuales por cobro de parquímetros y los más de 2 millones por cobro de multas por mal uso.
¡Negociazo redondo que llegó a Palacio!