La oposición en Puebla no tenía otra opción que Eduardo Rivera Pérez para buscar la gubernatura.
Si al ex presidente municipal le va a costar trabajo competir, para los demás era imposible.
Eso lo sabían Rivera Pérez y su equipo. También que las probabilidades de triunfo son muy pocas.
Además del dinero de la campaña (se habla de más de 500 millones), buscan sobrevivir después de la elección.
Por eso, Liliana Ortiz, esposa de Eduardo Rivera, será candidata a diputada federal por la vía plurinominal del Frente Amplio por México.
El mismo Lalo lo puso como condición para aceptar la candidatura. También pidió diputaciones locales y regidurías para los suyos.
Y todo lo aceptó Marko Cortés.
Para el 2 de junio van, para variar, los de siempre, por eso hay panistas hartos que prefieren bajar los brazos o apoyar a Alejandro Armenta.
Llegar a la cima del poder político es una labor más ardua para las mujeres que para sus contrapartes hombres por las desventajas estructurales intrínsecas a los arreglos institucionales, a menos que tu esposo sea el candidato.
Liliana Ortiz usará el capital político que su marido ha generado para llegar a la Cámara de Diputados ya que, de otro modo, le hubiese sido imposible.