El mercado de alimentos pirata, o fraude alimentario, es un problema que crece cada vez que hay periodos de alta inflación y que, de acuerdo a estimados de la iniciativa privada, equivale a 500 millones de pesos anuales en México.
Enrique Alcázar Córdoba, vicepresidente de franquicias, marcas y propiedad intelectual de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), dijo:
“La mayor cantidad de piratería está en dispositivos electrónicos, tecnología, ropa y calzado, que corresponde al 70 por ciento de ese mercado; 25 por ciento se encuentra en películas, softwares, productos de belleza, perfumes e inclusive juguetes y descargas ilegales; mientras que 5 por ciento se refiere a los alimentos”.
Alimentos pirata en México
De acuerdo a estimados de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), la falsificación en México es un mercado superior a los 10 mil millones de pesos anuales, siendo el 5 por ciento alrededor de 500 millones de pesos.
Alcázar Córdoba resaltó que tienen un mayor auge en tiempos de alta inflación, pues se presiona la economía familiar y los hogares tienen que salir a buscar ofertas u opciones más económicas, siendo un momento que aprovechan los delincuentes.
Agregó que, al ser productos de bajo costo, estos se distribuyen por el mercado informal, impactando de manera directa a la economía formal.
“Definitivamente hay un impacto económico porque lo que se vende de productos piratas, la empresa lo deja de vender y esto afecta económicamente a mi marca”, explicó.
Por su parte, la presidenta de Canacintra, Esperanza Ortega, apuntó que estos productos “son una competencia sumamente desleal, porque los encuentras a un costo más bajo que el autorizado o el que está regido, además de que no es un producto confiable y puede perjudicar a la salud”.
“No obstante, la elaboración de productos pirata se traduce en una pérdida significativa en el volumen de ventas de las empresas que se dedican a elaborar este tipo de alimentos”, dijo él coordinador de análisis e investigación del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, Héctor Magaña.
Argumentó que está problemática todavía no representa una salida fuerte de efectivo debido a los niveles de facturación de las grandes tiendas; comentó que, mientras no exista un mayor estímulo para el comercio formal, así como también una estrategia para reducir el comercio ilegal, la comercialización de alimentos piratas seguirá al alza.
En relación a los pequeños comerciantes, el presidente del Consejo para el Desarrollo del pequeño comercio y la empresa familiar (ConComercio), Gerardo Cleto López, dijo que estos productos pueden dañar la imagen de las empresas al no saber si son falsificados.
Recordó que durante 2023 se registró un caso en México en donde una firma refresquera resultó afectada por la falsificación de sus productos, por lo que es importante que los comerciantes sean cuidadosos al comprar mercancía y se aseguren de que sea legítima.
Con información de milenio.com