Aún faltan muchos meses para la elección, pero los números de todas las mediciones ya tienen un nombre seguro para 2024: Eduardo Rivera.
Poco a poco, sin campañas de gran escala, lejos de los espectaculares y las cientos de vallas publicitarias, Rivera Pérez se consolida como el quinto mejor presidente municipal de México en el último Ranking de Alcaldes de Campaigns & Elections.
Nos puede gustar o no, pero la gente está contenta con su trabajo. Sin hacer tanto ruido, caminando las colonias y calles de la ciudad, levantándose temprano todos los días, ha ido escuchando a los que realmente interesan, a los que votan, aprueban y critican, a los que dirán si es gobernador o no.
Hoy, lejos de los ataques políticos y acoso desde Casa Aguayo —que resistió—, es la figura más fuerte y consolidada de la oposición que lleva un buen rato en segundo lugar, siempre debajo de Morena.
El año cierra con buenas noticias para Lalo Rivera, pero no necesariamente para la oposición. Los sondeos serios —aunque salen nuevos casi todos los días—, con metodologías diferentes, lo posicionan como la única esperanza de Acción Nacional para mantener la alcaldía o ganar la gubernatura.
En otras palabras: o va el presidente municipal o no tienen ninguna posibilidad de competir. El partido del presidente aventaja en Puebla por 12.5 puntos al Partido Acción Nacional y por 31.3 puntos al Partido Revolucionario Institucional.
El discurso anti-AMLO ya no es suficiente.
Es momento de que se apueste por conquistar a los indecisos y atraer a una parte del electorado del Movimiento de Regeneración Nacional.