“Episodios catalogados como fuera de lo normal” obligaron a la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a llevar un despliegue de 6 mil agentes de la Guardia Nacional al Metro capitalino.
Esta medida es una copia de una aplicada en el Metro venezolano por el gobierno de Nicolás Maduro, llamado “El Metro se mueve contigo”, justificado como una “protección al pueblo”.
Algo similar ocurrió en la Secretaría de Gobernación de Puebla con Ana Lucía Hill. Aunque asegura que actuó con lealtad y de manera institucional, llevó a ex militares a encabezar y operar los operativos de Protección Civil.
Son los que mandan.
De la mano del teniente Eduardo Vargas Ávalos, Coordinador General de Protección Civil, y su grupo se apoderó de uno de los organismos de la administración estatal más importantes. Es la herencia que dejaron a uno de los hombres fuertes —¿y heredero?— del Barbosismo.
Hill Mayoral quiere seguir operando áreas que ya no le corresponden con sus incondicionales, que le filtran información que ya no le toca conocer.
Militarizar el organismo nunca fue la solución.
La decisión de Ana Lucía fue irresponsable. ¿Buscó militarizar el área para controlar más áreas de la administración estatal? ¿A quién quería intimidar?
En los operativos de Vargas se hizo patente que este grupo reproduce las inercias castrenses de opacidad y uso excesivo de la fuerza.
Como poblanos, debemos rechazar la imposición de este clima de miedo y, por tanto, exigir que se retiren estos personajes que vigilan y criminalizan hasta a sus compañeros.
Ana Lucía Hill quiso comunicar que, con la disciplina de los militares, los poblanos podían sentirse seguros.
Mala, pésima decisión.