Mucho se ha dicho de que Morena arrasaría en los próximos procesos del 2024 y borrarían del mapa electoral a la oposición.
También hay quienes se han atrevido a señalar que el manto de López Obrador alcanzaría hasta el 2024 y que con cualquier candidato o candidata ‘arrasarían’ en las urnas.
Confiados en la victoria sin tenerla, Morena no se ha dado cuenta de que están sujetos a lo que decidan en el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista, pues está comprobado que de competir solos, la derrota es inevitable.
Esto sin contar que el factor Xóchitl Gálvez está uniendo a la oposición e inyectando lo que faltaba en los estados donde se disputarán gubernaturas como es el caso Puebla.
Xóchitl ya es un referente de unidad y todos los ataques cobardes dirigidos desde Palacio Nacional sólo han fortalecido a la Hidalguense, lo que se reflejará sin duda en los estados donde se disputarán las gubernaturas.
Ebrios de poder en Morena, no se han dado cuenta de que tendrán que entregar espacios en las candidaturas de su coalición, pues de no abrir espacios al PT y al PVEM perderán.
Por ejemplo, la candidatura a la gubernatura por parte del régimen será para Morena, pero la candidatura a la presidencia municipal tendrá que quedar en manos del Partido del Trabajo o del Partido Verde Ecologista.
Lo mismo sucederá con quién encabece la fórmula al Senado de la República. Morena tendrá que entregar la primera fórmula al Partido Verde o al PT, mientras que la segunda plaza será para Morena.
No pueden comerse todo el pastel como algunos colegas ya comienzan a advertir que la candidatura a la alcaldía y al senado ya tienen dueño y son de morena.
Los ‘diferentes’ ahora son presa de lo que decidan en las cúpulas de poder en el Partido Verde y PT.
¿Quién iba a decirlo?
Lo que si se prevé es que no hay suficientes huesos para todos los radicales que se dicen representantes del pueblo bueno, por lo que tendrán que sentarse a ver cómo la nueva mafia del poder se reparte el pastel del 2024.
Realidad Política: ¿Arturo Rueda merecía ser encarcelado por el estado y el rencor de Miguel Barbosa? No.
¿Tenía delitos? No sé.
¿Es culpable? No sé.
¿Es un canijo? Sí.
Aún así no merecía ser encarcelado por Barbosa.