Pocas veces un equipo dominó a placer todo el torneo. Líder en absolutamente todos los rubros: tabla general, ofensiva, defensiva, victorias y partidos invictos.
Ahora, vigente CAMPEÓN DEL FÚTBOL MEXICANO. El más ganador. El único equipo GRANDE del país.
Varias historias detrás del campeonato.
Primero, lo de Miguel Layún, que pasó de villano a leyenda. La historia no podía ser de otra manera: levantando la copa y retirándose como campeón.
Lo de Igor Lichnovsky, que pensó en retirarse del fútbol cuando Tigres lo cortó iniciado el actual torneo y 16 partidos después de su llegada al Ave, se corona como campeón, siendo el referente defensivo y ante el equipo que aún le paga su sueldo.
Mucho mérito a Luis Ángel Malagón, un portero que te gana campeonatos. Ayer volvió a demostrar que es el mejor guardameta mexicano de la actualidad. Ha dejado claro que es el indicado para defender el arco americanista.
Jona Dos Santos, que durante todo el torneo orquestó el medio campo americanista, qué manera de recuperar su nivel y convertirse en pieza fundamental para la obtención del título. De esos futbolistas que su trabajo es silencioso pero vital para cualquier equipo. Sin él, hubiera sido imposible.
Al ‘maguito’ Fidalgo y al mejor ‘10’ de la Liga MX, Diego Valdés, ya les tocaba festejar con la camiseta más importante de México. Siempre eran los más señalados, tuvieron ofertas para salir, pero prometieron quedarse hasta convertirse en campeones. Cumplieron.
Otra de las cosas que nos dejó el campeonato, fue el ejemplo de superación de Henry Martin, que pasó de no disfrutar los partidos a ofrecer el tan ansiado título ‘14’ –como capitán– a toda la afición americanista.
Por último, lo de Julián Quiñones, que llegó para ser campeón y en su primera final como americanista, fue la figura del partido. Para eso lo ficharon, para que apareciera en los momentos importantes y en la gran final, se echó el equipo al hombro.
Y si todos estuvieron a un nivel excepcional, fue gracias al profesor Jardine que jornada tras jornada se fue ganando a la afición demostrando que sentía los colores igual que ellos y tras una de las mejores temporadas del Club América, los ha hecho campeones.
La historia no podía ser distinta. La grandeza se construye así.
El América es CAMPEÓN.