Su nombre es Emmanuel Cortes, actual secretario de gobernación de uno de los peores ayuntamientos del Estado, y dicen que es el auténtico poder tras el trono en Cuautlancingo.
Entre excesos y abusos, ha adquirido un protagonismo atípico dentro de la administración porque busca, a toda costa, brillar más que el actual alcalde, Omar Muñoz.
Con un poquito de poder, ambos enloquecieron.
Desde hace meses, Cortés ha sido señalado por sus excesos y frivolidades. Según colaboradores, el segundo del Ayuntamiento se la vive de parranda, y llega desvelado y cansado a trabajar, lo que ya generó molestia entre sus cercanos.
Lo más grave es que recientemente se le vio involucrado en un escándalo de acoso con una mujer que laboraba en SOSPAC, quien recibió una promesa de ayuda y terminó acosada, además de desempleada.
Emmanuel presume su cercanía con el senador Nacho Mier, a quien llama padrino —como lo hacía hace poco el actual presidente—, y en su soberbia asegura que será el sucesor de Omar Muñoz, por lo que ya se promueve en publicaciones pagadas, violando la normativa electoral.
Todo esto sin preguntarle al alcalde, que en teoría es su jefe.
Omar no puede hacer nada porque el padrino de ambos, el senador Mier, lo puso en el cargo.
No lo mueve ni por cortesía al actual gobernador, para mantener un auténtico enlace con SEGOB y garantizar el trabajo coordinado entre el Estado y el municipio.
Parece que la complicidad entre Muñoz y Mier es más grande que las ganas de trabajar con Doble A.
Con razón ambos aseguraban que estaban en el “equipo ganador”. Y eso que le advirtieron al presi que nada con Nacho, pero le valió madre.
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