Un cargo en la administración pública demanda vocación de servicio y colaboración de los demás. Quien lo ejerce debe reconocer lo efímero de éste.
En política, como en la vida, la soberbia es una mala consejera. La peor.
Y más cuando va acompañada de prepotencia, vanidad, petulancia y excesos.
La caída de Verónica Vélez,Coordinadora General de Comunicación y Agenda Digital del Gobierno de Puebla con Miguel Barbosa, fue casi instantánea el 13 de diciembre del año pasado, cuando ocultó a todo el país que el mandatario estaba grave.
“El gobernador Barbosa se encuentra estable. No alentemos especulaciones”.
Así como le mentía a Barbosa Huerta, le mintió a los poblanos.
El ex gobernador le dio un poder que no merecía, uno que no estaba lista para manejar.
La relación con los medios la manejó con desprecio, frialdad y billetes. Sus “amigos” de toda la vida, ésos que hoy no publican un solo tuit de agradecimiento o apoyo, se acercaron por interés.
Ni ella ni ellos pensaron que algún día ocuparía una posición así.
La coordinación le quedó gigante.
Para manejar la comunicación de cualquier gobierno se requiere talento, mucho talento.
Cuando murió Miguel Barbosa, también la carrera de Verónica Vélez Mácuil.
Era cuestión de tiempo.
No es un secreto que hasta sus beneficiarios se expresaban mal de ella. No la soportaban.
Los amigos hechos desde el poder se van.
Los enemigos se quedan. Las heridas también.
La maestra se mantuvo en el cargo, pero muy disminuida. Después arribó al Sistema Estatal de Telecomunicaciones como directora, pero había un director.
Nunca llegó realmente.
También quiso jugarle a la conductora en un programa que no veía nadie.
Si de verdad aplica lo que tuiteó, En la vida hay que saber retirarse de donde no se pertenece, nunca debió aceptar el cargo de Coordinadora General del Gobierno de Puebla. Ni el programa.
Algo tiene la silla que enloquece a muchos.
Mientras los trabajadores formales del estado de Puebla reciben uno de los 12 salarios más bajos del país, con un ingreso promedio diario de 414.4 pesos, otros y otras logran multiplicar su patrimonio desde posiciones privilegiadas.
Ya vienen las investigaciones.